Vargas Llosa: Fernando de Szyszlo no embaucó a nadie y sudó la gota fría para salir adelante

Vargas Llosa mencionó que muchas veces vio a Godi enfrentar, con estoicismo, las decepciones tan frecuentes en la vida peruana, siendo la más grave la muerte de su hijo Lorenzo en un accidente aéreo.

Mario Vargas Llosa dedicó sentidas palabras al “mejor de los amigos” que fue Fernando de Szyszlo. (Foto: USI)

Por: Redacción Gestion.pe

El escritor ganador del Nobel de Literaruta, Mario Vargas Llosa, le dedicó una columna cargada de emotividad al fallecido artista peruano Fernando de Szyszlo, a quien consideró una persona que “no embaucó a nadie y que sudó la gota fría para salir adelante”.

En su columna dominical que publica en el diario El País de España, relató que se enteró de la trágica muerte del fallecimiento de Szyszlo y su esposa Lila, a las 3 de la madrugada en Moscú a través de su hija Morgana.

“Ya no pude dormir. Pasé el resto de la noche paralizado por un atontamiento estúpido y un sentimiento de horror”, dijo.

Recordó que Szyszlo era conocido como Godi por sus amigos y ahora su vida no será lo mismo sin “el mejor de los amigos”.

“Fue un gran artista, uno de los últimos, entre los pintores, al que se podía aplicar ese adjetivo con justicia, y una espléndida persona. Culto, entrañable, divertido, leal. Enriquecía la noche con sus anécdotas y sus chistes cuando estaba de buen humor y sus juicios eran agudos y certeros cuando recordaba a las personas que había conocido y que admiraba”, relató.

Según Vargas Llosa, en Fernando de Szyszlo había una decencia indestructible cuando hablaba de política o del Perú, así como una falta total de oportunismo o cautela.

“Una integridad que, sin buscarlo y a su pesar, en sus últimos años lo fue convirtiendo en su país en una autoridad moral cuya opinión era solicitada sobre todos los temas. Cuando estaba de mal humor se encerraba en un mutismo de sílabas, una inmovilidad de estatua y se le respingaba la nariz”, mencionó.

Líneas más adelante, el escritor de origen peruano reconoció que nunca pudo agradecerle bastante a De Szyszlo que en los tres años que empujaron a Vargas Llosa a actuar en política, Godi se dedicara en cuerpo y alma a ese quehacer tan poco afín a su carácter.

“Por supuesto que fue la primera persona en la que pensé cuando fui a recibir Premio Nobel de Literatura y allí estuvo, pese a lo interminable del viaje y a los trastornos que a su salud infligían las largas travesías en avión”, reseñó.

Asimismo, Vargas Llosa mencionó que muchas veces vio a Godi enfrentar, con estoicismo, las decepciones tan frecuentes en la vida peruana, siendo la más grave la muerte de su hijo Lorenzo en un accidente aéreo.

También señaló que De Szyszlo estaba más que apenado con la gran confusión que caracteriza al arte nuestros días, con los embauques que se perpetran y que son consolidados por críticos y galeristas “sin escrúpulos” y coleccionistas “codiciosos e insensibles”.

“Él no embauco nunca a nadie y sudó la gota fría para salir adelante, desde que abandonó sus estudios de arquitectura y comenzó a pintar, todavía muy joven, lienzos ligeramente influidos por el cubismo. Desde que descubrió el arte no figurativo se entregó a él, con disciplina, perseverancia y tenacidad”, detalló.

La columna finaliza con la frase: “El mundo a mi alrededor se va despoblando y quedando cada día más vacío”.