Te atreves a poner en práctica estos ocho hábitos excéntricos para ser más inteligente

Einstein solía recoger cigarros en la calle y Teddy Roosevelt nadaba en invierno en el río Potomac. ¿Locos? Probablemente. ¿Genios? Sin duda.

Foto: Bloomberg

Por: Redacción Gestion.pe

Existe un vínculo fascinante entre la genialidad y la locura. Einstein solía recoger cigarros en la calle y usaba el tabaco residual que encontraba para su pipa. Por su parte, Benjamin Franklin gustaba de sentarse desnudo frente a una ventana todos los días para que darse un “baño de aire”.

Estas acciones excéntricas parecen no carecer de razón: esta clase de locura puede ayudar al cerebro. Aquí hay ocho hábitos excéntricos que pueden hacerte más inteligente, según TheUtopianLife.com.

1. Ten relaciones sexuales
Emilie du Châtelet es una figura poco reconocida pionera del trabajo científico del siglo VIII. Esta sabia solía adjudicar su inteligencia a su prolífica vida sexual y científicos de la Universidad Konkuk en Seúl parecen darle la razón. Estos investigadores encontraron que la actividad sexual favorece la neurogénesis (producción de neuronas) gracias a que interfiere con los efectos dañinos del estrés.

2. Rodéate de oro
Cada noche, el doctor Yoshiko Nakamatsu, desarrollador de los disquetes y otras 3,300 invenciones, se retira a su “Cuarto de la Calma”, un baño cubierto por placas de 24 quilates. Según el experto, el metal bloquea las señales de radio y televisión que son dañinas para la imaginación.

No está completamente equivocado. Pese a que aún se debate la posible relación de las ondas de radio con el cáncer, nadie puede negar los efectos perjudiciales a la sobreexposición a estas frecuencias.

Probablemente no puedas rodearte de placas de 24 quilates, pero de vez en cuando puedes alejarte de la contaminación digital al apagar computadoras, señales WiFi, celulares y dispositivos con Bluetooth. Esto le dará a tu mente la oportunidad de meditar y recargarse.

3. Un poco de frío
Benjamín Franklin solía ir a nadar a las frígidas aguas del río Támesis y Theodore Roosevelt gustaba de zambullirse en el río Potomac en Washington D. C. durante el invierno. Sumergirse en agua fría es una práctica antigua. El sabio griego Hipócrates decía que ayudaba a combatir la “lasitud mental”.

Cuando tomas una ducha fría provocas un impacto térmico que activa la circulación en tu cuerpo llenando a tus órganos de sangre fresca. Al terminar de bañarte, enjuágate con el agua más fría que soportes para darle un “empujón” a tu cerebro.

4. No le eches sal
Thomas Edison tenía una curiosa práctica para contratar nuevos reclutas. Cuando entrevistaba a candidatos les invitaba a comer un tazón de sopa. Si la persona le echaba sal a la comida antes de probarla, Edison no la contrataba. El inventor decía que sazonar el alimento sin haberlo consumido era una muestra clara de una persona que toma decisiones basándose solo en suposiciones.

Las mentes inteligentes también son críticas. Nunca hagas conclusiones sin tener pruebas que las respalden.

5. Pasa hambre
Pitágoras, el famoso filósofo y matemático griego, tenía la práctica de pasar periódicamente ayunos de 40 días. Les enseñaba a sus discípulos a sobrevivir por lapsos largos a base de agua para impulsar su percepción y creatividad.

Estudios modernos han demostrado que el ayuno incrementa el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF por sus siglas en inglés), un mecanismo que estimula el crecimiento de las células cerebrales y la memoria. El estrés que el hambre provoca causa que el cerebro genere endorfinas, lo que lleva al cuerpo a un estado de euforia.

No recomendamos incurrir en esta práctica sin la supervisión de un médico, pero expertos aseveran que tan solo consumir entre 30 y 40 por ciento menos calorías durante varios días puede ayudar a tener un efecto similar.

6. Llora
Si quieres ser tan creativo como Steve Jobs, debes llorar de vez en cuando. Según su biografía autorizada, el emprendedor solía llorar cuando se frustraba y las cosas no salían como a él le gustaban, pero también cuando sentía una gran felicidad.

Llorar reduce el estrés y baja las hormonas que éste produce a niveles más manejables, lo que ayuda a regular el ánimo. ¿No te sientes más calmado después de llorar?

En lugar de suprimir tus emociones, déjalas fluir. La catarsis te dará claridad mental.

7. Deja la escuela (si no va contigo)
En este sentido, muchos emprendedores abandonaron sus estudios no por despreciar la educación, sino porque los objetivos de su vida no iban de acuerdo con la institución en la que estaban.

La lista de millonarios sin estudios incluye figuras como Bill Gates y Mark Zuckerberg. Ellos revelaron la clave para triunfar pese a no recibir un diploma: 1) Ser autodidacta, 2) Saber identificar patrones para hacer buenas predicciones y 3) Ser capaz de tomar decisiones difíciles.

Es un gran riesgo apartarte de cualquier compromiso, no solo la universidad. Ser exitoso pese a abandonar la escuela significa que debes ser forzosamente capaz de ver los posibles resultados de diferentes caminos.

8. No te apresures a escribir
J.K. Rowling ideó la multimillonaria serie de Harry Potter mientras viajaba en tren. Tenía mucha pena de pedir una pluma para apuntar el concepto, por lo que dejó que su mente viajara por horas. En lugar de apuntar todo y hacer conclusiones prematuras sobre sus personajes, la escritora les dio tiempo de “marinarse” en su cabeza y evolucionar.

Sin darse cuenta llevó su mente al estado creativo llamado “incubación”. Este proceso se da cuando el subconsciente trata de sintetizar toda la información que desarrollaste durante el trabajo consciente. Al dejar que tu mente divague un poco, le permites manejar el concepto desde diferentes perspectivas.

Deja que tus ideas estén bien “asentadas” antes de tomar cualquier acción importante.