Seis vehículos inusuales que desafían la economía básica (y están en subasta)

Pese a su gran habilidad en materia de ingeniería y a la magia del marketing, al sector automotor actual le está faltando lo singular. En los concesionarios, hay algo para cada uno, desde monstruos de la velocidad hasta consumidores de combustible, pero todos lucen bastante parecidos.

Por supuesto, no siempre fue así. Antes de que resmas de regulaciones sobre seguridad estandarizaran la altura de las parrillas y las zonas de deformación, e indudablemente antes de que los conglomerados globales perfeccionaran el arte de compartir piezas y plataformas, los autos eran creativos y en algunos casos lisa y llanamente extraños.

Una advertencia, no obstante, para quienes oferten por estos seis vehículos, expuestos en la subasta de RM Sotheby's: los aspectos económicos de estos equipos pueden ser tan extraños como su estética.

“Cuanto más raro es el auto, más valor tiene, normalmente”, dijo el especialista en autos de Sotheby’s Alexander Weaver (con énfasis en “normalmente”). Cuando el producto se vuelve raro, puede ser difícil evaluar el lado de la demanda en la ecuación.

Este micro-auto surgió cuando uno de los gigantes de la industria ya no tuvo que abastecer a la Luftwaffe alemana. Durante una década, el fabricante de aviones de combate produjo en serie unos 10,000 de sus “kabinenroller”, lo que se traduce aproximadamente por "motoneta con cabina". Tiene tres ruedas, dos asientos uno adelante y uno atrás y un manubrio como dirección. También tiene cuatro marchas distintas para conducir en reversa.

Los autos deportivos japoneses están pasando por un buen momento y puede decirse que el Cosmo es el abuelo de todos. Era liviano como un auto de carrera y tenía un motor rotativo, una configuración de cilindros más frecuente en aviones. Solamente el motor se considera todavía tecnología de vanguardia.

Imagínese a un gángster de Chicago en un taller de desguace en tiempos de la Depresión y tendrá una idea de la proveniencia de este opulento Lincoln. Teóricamente, las parrillas gemelas estaban diseñadas para un enfriamiento más eficiente del motor; en la práctica, eran para entrar con gran solemnidad. Sotheby’s vendió la carrocería oxidada de este auto en unos US$ 11,000 en 2011. Desde entonces, el interior y la carrocería fueron laboriosamente reconstruidos, aunque todavía tiene una caja fuerte atornillada en el baúl.

Otro proveedor importante del arsenal de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, los vehículos de posguerra de Tatra eran famosos por trasladar a funcionarios comunistas por el Bloque Oriental. La compañía fabricó casi 21,000 unidades de su modelo 603. Considérelo como un Lamborghini checo: tenía el motor atrás, la carrocería exhibía enormes guardabarros, y los ciudadanos comunes no podían comprarlo.

Se considera que menos de una docena de Woodill Wildfire, un proyecto acariciado por un concesionario de California, abandonaron intactos el garaje, en tanto otros pocos cientos se vendieron como juegos. Fue uno de los autos Hágalo Usted Mismo originales; los clientes debían comprar la carrocería, que era de fibra de vidrio y combinarla con un motor a su elección.

La respuesta de Ford a la furgoneta de Volkswagen. Esta caravana bien mantenida tiene un motor de seis cilindros directamente debajo del asiento del conductor. La compañía esperaba que la mayoría de los clientes optara por la versión camioneta, de modo que el tratamiento de vehículo recreativo fue poco frecuente. Ford sigue fabricando actualmente la Econoline, pero esta versión es de la primera generación.