Sale a la venta villa enclavada entre palacios alemanes a US$ 26 millones

Durante el lapso transcurrido entre ambas guerras mundiales, cuando Alemania no sufría de hiperinflación ni se tambaleaba al filo de una guerra civil, un magnate de la harina llamado Kurt Kampffmeyer construyó una villa de 1,393 metros cuadrados frente a un lago en Potsdam, al suroeste de Berlín. (Foto: 16elements)

La casa era una mezcolanza de estilos (en parte barroca, en parte neoclásica) y domina una zona que comprende ex terrenos imperiales. El Jagdschloss Glienicke, un pabellón de caza construido originalmente para Federico Guillermo, elector de Brandenburgo, se encuentra al otro lado del lago respecto de la villa, al igual que el Palacio de Babelsberg, construido para el emperador Guillermo I. (Foto: 16elements)

Otro palacio más, el Schloss Cecilienhof, que se completó un año antes del derrocamiento de la monarquía en 1917, está a poca distancia. Toda la red de parques y palacios de Potsdam fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. (Foto: 16elements)

Aunque ciertamente no en una escala monárquica, la Villa Kampffmeyer era, incluso en ese momento, un ornamentado ejemplo del gusto burgués efervescente. Hay una entrada dramática rodeada de setos de boj y adornada con un pórtico monumental, un vestíbulo de doble altura con una escalera de paneles de roble, chimeneas ornadas y elaborado trabajo de yeso en prácticamente todas las habitaciones. (Foto: 16elements)

"Tenía grandes ambiciones", dijo Sebastian Varga von Kibed, ex banquero de inversiones y actual propietario de la casa. "Hay grandes salas de recepción, dorados y sedas de muy buen gusto… realmente, es toda una declaración". (Foto: 16elements)

El lado equivocado de la historia. Mientras que la familia Kampffmeyer ha florecido desde que la villa fue construida (su compañía ha sido rebautizada GoodMills Deutschland y tiene más de 670 empleados en toda Europa, según su sitio web), la casa no fue tan afortunada. (Foto: 16elements)

Entonces vino la guerra, dijo von Kibed. Después de que los nazis se rindieron y los sectores francés, británico y estadounidense de la Berlín ocupada quedaron acordonados por el muro de Berlín en 1961, la villa tuvo la mala suerte de estar en el lado de Alemania del Este: "El muro de Berlín corría a través de los jardines de la casa", dijo von Kibed. La villa estaba en el lado este y en el lado equivocado de la historia. (Foto: 16elements)

Dada la proximidad de la casa a la línea de demarcación, es algo sorprendente que no se demoliera en el esfuerzo por mantener el área alrededor del muro despejada y más fácil de supervisar. (Su proximidad al Puente de Glienicke, el llamado "Puente de los Espías", en el que tuvo lugar el intercambio de prisioneros, probablemente tuvo algo que ver con ello). La casa fue cuidadosamente restaurada en el 2012. (Foto: 16elements)

Sin embargo, durante la Guerra Fría la casa sufrió lo que von Kibed llamó "un período de sueño" cuando, como todo, era propiedad de la República Democrática Alemana. Las paredes estaban cubiertas, las habitaciones se subdividieron y las ventanas se tapiaron, todo con el fin de "acentuar el aspecto gran burgués", dijo von Kibed, pero la esencia de la casa permaneció totalmente intacta. "Simplemente levantaron esas falsas paredes", agregó. “Pero en realidad no destruyeron nada”. (Foto: 16elements)

Después de la caída del muro en 1989, la casa pasó por una sucesión de propietarios. Para el momento en que von Kibed la compró en el 2012, había sido muy renovada. "Un inversor alemán puso enormes sumas de dinero para rehacer la infraestructura", dijo. "Techo, electricidad, agua, etc.". (Foto: 16elements)

Von Kibed, que reside en Londres, compró la villa principalmente como inversión. Después de completar una segunda renovación, esta vez para restaurar la decoración de la casa y su estética inicial, la puso en el mercado por 28 millones de euros (US$ 31.4 millones). El precio se ha reducido desde entonces a 23 millones de euros. (Foto: 16elements)