¿Qué hacen los países latinoamericanos por los refugiados sirios?

La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011, en ese momento, el gobierno reprimió las protestas con violencia y comenzaron a surgir milicias de la oposición, lo que provocó una guerra civil.

Por: Redacción Gestion.pe

Latinoamérica no está ajena a la crisis humanitaria que existe en Siria. Allí, la guerra civil comenzó hace cuatro años dejando unos 240.000 muertos, 7,6 millones de desplazados internos y otros 4 millones fuera del país, repartidos en campos de refugiados.

En 2014 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados hizo un llamado específico a los países de América Latina para que amplíen sus políticas de asilo otorgando, por ejemplo, visas humanitarias.

Una nota publicada en mayo del año pasado en El País de España indicaba que si bien varios países latinos presentaban un alto número de refugiados- como Ecuador con 55,000 o Costa Rica con 12,000- otros tenían un número muy inferior como Brasil con 4,500, Chile con 2,000 o Perú con 1,200.

“Decidí hacer un gesto para que los países grandes se hicieran cargo, por lo menos de los gurises”, expresó José Mujica previo a la llegada de las primeras familias.

Sin embargo, los países que han ofrecido formalmente recibir a los sirios que escapan de la guerra son pocos. Se estima que cerca de 6000 refugiados de este tipo llegaron a países de América Latina como Uruguay, Brasil y Argentina.

Brasil
Brasil desburocratizó la emisión de visas para ciudadanos sirios y otras nacionalidades afectadas por el conflicto que estuvieran dispuestos a solicitar asilo, por lo que la llegada de sirios a Brasil se cuadriplicó en 2014 con respecto al año anterior.

Una de las razones del aumento inesperado es que este país reconoce como refugiado a cualquier persona que se pueda identificar como ciudadano sirio y solicite ese estatus.

La posición receptiva hace que sea el país con más refugiados sirios de América Latina, no solo por la numerosa comunidad árabe que existe en el país, sino también por la colaboración de Acnur en su gestión. Alrededor de 1.700 personas fueron reconocidas por el gobierno brasilero como refugiadas, pero se estima que otras 4.000 entraron por otras vías.

Uruguay
Uruguay fue el primer país de América Latina en aceptar la llegada de refugiados sirios. La idea de reasentar familias en el país surgió luego de que el canciller Luis Almagro visitara un campo de refugiados en Jordania y viera la realidad del lugar donde viven miles de personas que escapan de la guerra.

La llegada de 120 sirios que llegarían en dos tandas se gestionó durante el gobierno de José Mujica. La primera ingresó al país en octubre de 2014 y el segundo contingente llegaría en el tercer trimestre de este año, aunque está en revisión por el Poder Ejecutivo.

“Las familias están alojadas en sus domicilios, todas con integrantes trabajando, todos los niños escolarizados. Después de apenas ocho meses de radicación, sin dudas existen dificultades de adaptación pero normales” aseguró el canciller en el mes de julio.

Ante el cambio de gobierno, el presidente Tabaré Vázquez sostuvo que suspendería momentáneamente la llegada de más familias sirias al país para evaluar la situación.

Por otro lado, el canciller Rodolfo Nin Novoa dijo que “no está descartada” la posibilidad de que Uruguay reciba a más familias sirias y se pronunció a favor de que el gobierno ofrezca refugio a otro contingente de personas provenientes de ese país.

La propuesta tuvo amplias críticas entre la oposición del gobierno de José Mujica, quien respondió planteando una “mirada cortoplacista” que no entiende que favorecer la emigración “no es un gasto” sino una inversión porque “estas familias que llegan a Uruguay tendrán que trabajar y pagar impuestos, consumir, contribuir a agrandar el mercado interno”.
Argentina

El “Programa Siria” rige en Argentina desde octubre de 2014, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores creó un “programa especial de visado humanitario” para recibir extranjeros afectados por el conflicto sirio. Está destinado a personas de nacionalidad siria y sus familiares, así como palestinos que hayan residido en Siria.

Desde su inicio, más de 100 refugiados accedieron al “Programa Siria”.

De todas maneras, el programa es restringido a individuos que mantengan vínculo de parentesco o de afectividad con la persona que pretende ingresar al país. Al cumplir tres años de residencia en el país, las personas que ingresen pueden solicitar su residencia permanente.

El “Programa Siria” se encuentra vigente hasta el 21 de octubre de 2015, pero las autoridades migratorias tienen previsto realizar una prórroga por la grave situación que vive aún la población de ese país. “Mientras persista la situación de conflicto armado y la emergencia humanitaria prevaleciente en Siria” se puede extender el período de validez del programa, según plantea la normativa.

“La República Argentina cuenta con una importante comunidad de sirio-libaneses (…) quienes han demostrado en numerosas oportunidades su solidaridad hacia quienes sufren las consecuencias del conflicto sirio”, expresa la normativa.

Al margen del programa oficial, el Intendente de la ciudad de Pilar, de 17.000 habitantes ofreció hoy a la ONU albergar 50 familias sirias.

La guerra
La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011, alentada por las protestas que exigían el fin del gobierno autoritario del régimen de Bachar al Asad. En ese momento, el gobierno reprimió las protestas con violencia y comenzaron a surgir milicias de la oposición, lo que provocó una guerra civil que se extendió por todo el país. Desde ese momento, millones de personas comenzaron a desplazarse para mudarse de ciudad e intentar evadir el conflicto.

La situación en Siria ha empeorado por la ofensiva del grupo yihadista del Estado Islámico y por la duración de la guerra. La guerra civil siria, que comenzó hace cuatro años, ya dejó más de 240.000 muertos, 7,6 millones de desplazados internos y otros 4 millones fuera del país, repartidos en campos de refugiados.

Diario El Observador de Uruguay
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)