¿Por qué los chilenos deberían probar el pisco, bebida originaria de Perú?
Las diferencias entre el pisco, nuestra bebida bandera, y el aguardiente de uva chileno son abismales. Aquí hacemos un recuento de las principales características de ambos destilados.
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Por: Manuel Patiño
En la edición chilena del Concurso de Bruselas de este año, el pisco no puede participar. Los vecinos del sur plantearon que, en la categoría, el único que debería llevar el nombre es su propio destilado. Por ende, la bebida nacional debería llamarse “aguardiente de uva peruano”.
Naturalmente, desató opiniones en todos los frentes del país. Pero, ¿cuál es la real diferencia entre el pisco y la bebida chilena? Gestion.pe conversó con Ernesto Ramírez, formador de catadores de pisco y sumiller de la Escuela española de cata, sobre las características de ambos aguardientes.
La primera duda que asalta a medio mundo es el nombre. Sencillo, la denominación de origen “Pisco” es estrictamente peruana. Es decir, si escuchas o lees pisco en algún lugar, se habla del destilado fabricado entre el norte de Lima y el norte de Tacna.
La misma elaboración del pisco es muy diferente al aguardiente chileno. En el país utilizamos solo ocho variedades de uvas. “Quebranta, Mollar, Negra Criolla y Uvina, dentro de las poco aromáticas; e Italia, Moscatel, Torontel y Albilla, dentro de las aromáticas”, detalló el experto.
Para la bebida de Chile se utiliza “una cantidad enorme de uvas”, que incluyen muchísimas variedades. Por ejemplo, del moscatel encontramos la Alejandría, rosa, de Asturias, amarilla, etc.
La principal diferencia, sin embargo, se encuentra en el proceso de destilado. El pisco solo pasa una sola vez por el alambique. De hecho, para hacer pisco, primero se debe elaborar un vino, y a partir de ese vino se comienza con la destilación.
El aguardiente de uva chileno se destila hasta cuatro veces, lo que tiene un efecto bastante peculiar: ya no sabe a uva. Las constantes destilaciones de esta bebida elevan mucho su contenido de alcohol, lo que obliga la adición de agua “para llegar al grado alcohólico consumible por el humano”, explicó Ramírez.
¿Entonces a qué sabe el destilado chileno? A madera. “Como después de tres o cuatro destilaciones ya no tiene sabor a uva, lo ponen en barricas para que tenga un saborcito a uva”, añadió.
De hecho, la elaboración del aguardiente chileno es mucho más similar a otros destilados que al pisco. “Ellos lo han hecho con barricas, con caramelo encima, más parecido a un ron o whisky, para adaptarse al mercado actual”, anotó el sumiller.