En el 'país' de Malboro ya conciben una nueva manera de fumar
Los críticos son escépticos. Dicen que las grandes tabacaleras simplemente están haciendo lo que siempre hicieron: vender productos adictivos, con un toque de marketing para sentirse bien.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg).- Usted quiere que una visita a Philip Morris International Inc. se sienta como un recorrido por el país de Marlboro. Pero el centro de investigación suizo de la compañía, conocido como Cube, no le seguirá la corriente.
Situado sobre el cristalino lago Neuchatel, al sudoeste de Zúrich, el hexaedro de vidrio guarda secretos sobre un futuro en el que, según dice Philip Morris, el mundo estará felizmente libre de humo.
Esto es verdad: Philip Morris, la única entre todas las compañías, les dice a los fumadores que dejen el hábito. Aquí, junto a una pileta bañada por sol, los científicos en batas de laboratorio están en la búsqueda de la solución mágica para las grandes tabacaleras: sustitutos del cigarrillo que se vendan bien– pero que no causen muertes.
[Edificio en forma de hexaedro de vidrio de Philip Morris.]
Esta búsqueda tomó una nueva urgencia el viernes cuando se conoció que British American Tobacco Plc estaba ofreciendo US$ 47,000 millones para comprar Reynolds American Inc., una medida con la cual superaría a Philip Morris como la tabacalera que cotiza en bolsa más grande del mundo.
Las apuestas no podrían ser más altas. El tabaco ocasiona más de 6 millones de muertes cada año. Con la declinación de los fumadores a lo largo del mundo, las gigantes tabacaleras han iniciado una carrera en busca de productos nuevos y supuestamente menos dañinos para alimentar la adicción a la nicotina, incluso en tanto siguen basándose en los cigarrillos tradicionales para mantener sus ganancias.
Lo que siempre hicieron.
Los críticos son escépticos. Dicen que las grandes tabacaleras simplemente están haciendo lo que siempre hicieron: vender productos adictivos, con un toque de marketing para sentirse bien, mientras que mantienen al tabaco en el centro de una industria global de US$ 770,000 millones.
[Estuches de plástico blanco y azul del iQOS. Fuente: Philip Morris]
“Philip Morris ha demostrado muchas veces en el pasado que la introducción de nuevos productos ha llevado a más fumadores”, dijo Matt Myers, presidente de la Campaña para Niños Libres de Tabaco, un grupo que combate el tabaquismo en los Estados Unidos. “Dada su historia, nadie debería confiar en lo que una compañía tabacalera dice que pretende hacer”.
Dejando a los opositores de lado, lo que pasa dentro del laboratorio de investigaciones va más allá de las alternativas populares como cigarrillos electrónicos, que entraron en escena a finales de los años 2000 e hicieron de “vape” la palabra del año 2014 según Oxford Dictionaries.
Philip Morris todavía no tiene una palabra que le siga a “vape”. Su estrategia de cuatro componentes comienza con algo llamado iQOS, pronunciado “aicose”.
Abra el estuche de plástico blanco o azul del iQOS y encontrará un calentador que parece una pequeña y regordeta lapicera. En un extremo uno inserta una unos pequeños cigarrillos, llamados HEETS. El iQOS –que algunos han dicho es un acrónimo para “I Quit Ordinary Smoking” (dejo el cigarrillo tradicional, en inglés)– calienta suavemente el tabaco sin quemarlo, produciendo un aerosol tibio de algún modo emparentado con la nicotina.