Los nombres con más historia en el mundo del calzado
FOTOGALERÍA. El calzado ha sido mucho más que un accesorio. Ha significado, para muchos, elegancia y personalidad. En esta línea, los mejores diseñadores de moda se han esforzado por convertirlo en una joya y en el elemento más distintivo de sus firmas. Originalidad, lujo y (cuestionable) comodidad al servicio de los pies de celebridades y nombres de la realeza. Estos son los diseñadores que más fuerte han pisado en la industria del calzado.
Jimmy Choo. Fue en los años 90 cuando el diseñador malayo se hizo conocido por realizar zapatos a medida en el localidad de East End de Londres. Zapatos que llegaron a los pies de la Princesa Diana. En 1996 decidió fundar la compañía en Londres junto a la editora de Vogue Tamara Mellon y, desde entonces, el negocio no ha dejado de crecer. A principio de 2015 reportó unos ingresos de 299.7 millones de libreas esterlinas.
Christian Louboutin. Los zapatos con las suelas más famosas del mundo. Louboutin vivía en París junto a su madre y tres hermanas. Para él la figura femenina ha estado muy presente en su vida, junto a su gusto por la arquitectura, la pintura y las fotografías que retrataban stilettos. En busca de inspiración se sumergió en el mundo del Moulin Rouge, donde desarrolló lo que sería más tarde la clave de sus zapatos: la elegancia y el atractivo por encima de la comodidad. Hoy, 24 años después, tiene 90 tiendas en todo el mundo y vende anualmente cerca de un millón de zapatos.
Manolo Blahnik. El diseñador favorito de Carry Bradshaw. Empezó su negocio en los años 70, lo que le convierte el pionero en el negocio del zapato de lujo. Nació en las Islas Canarias y en 1968 se mudó a París para estudiar arte y trabajar de escenógrafo. Por motivos de trabajo viajaba mucho a Nueva York, donde conoció a Diana Vreeland. Fue ella quien le animó a iniciarse en este mundo. En 1973 abrió su primera y única tienda en Old Street Church, en Londres. Los ‘manolos’ son, por eso, un símbolo indiscutible de exclusividad.
Manolo Blahnik. El diseñador favorito de Carry Bradshaw. Empezó su negocio en los años 70, lo que le convierte el pionero en el negocio del zapato de lujo. Nació en las Islas Canarias y en 1968 se mudó a París para estudiar arte y trabajar de escenógrafo. Por motivos de trabajo viajaba mucho a Nueva York, donde conoció a Diana Vreeland. Fue ella quien le animó a iniciarse en este mundo. En 1973 abrió su primera y única tienda en Old Street Church, en Londres. Los ‘manolos’ son, por eso, un símbolo indiscutible de exclusividad.
René Caovilla. Una empresa familiar con mucha historia en el mundo del lujo. René, el fundador, era hijo de un diseñador de moda de alta costura. En los años 50 dejó su Italia natal y se mudó a París y Londres en busca de los conocimientos que le faltaban para convertir el negocio de su padre en una empresa zapatera. Su objetivo fue brindar a las mujeres zapatos innovadores hechos a mano con los mejores materiales y bordados. Una auténtica joya que ha llegado a superar las 20.000 libras esterlinas.
Giuseppe Zanotti. Es el diseñador de calzado más original e innovador. En los años 80 adquirió una fábrica para trabajar como diseñador freelance. Una vez allí, empezó a descubrir todo tipo de piedras preciosas y bordados que podrían satisfacer el exquisito gusto de las mujeres. El éxito de su primera colección en 1994 fue tal que ahora cuenta con cerca de 100 boutiques por todo el mundo. Además, todos sus diseños son pintados a mano y firmados.
Stuart Weitzman. A los 17 años pintó su primer boceto de un zapato de tacón en la fábrica de calzado de su padre. En 1986 fundó la compañía y en 1993 abrió su primera tienda en Las Vegas. Hoy cuenta con más de 300 empleados en Estados Unidos y 1.600 en España, donde se fabrican los zapatos. Sus diseños se caracterizan por elemento inolvidable, ya sean cristales, tejidos, encajes hechos a mano, o adornos de joyería, entre otros.