Julio Ramón Ribeyro y veinte de sus frases más populares
Considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana, el escritor fue una destacada figura de la ‘Generación del 50’ en el Perú, a la que también pertenecen autores como Mario Vargas Llosa. Hoy, se cumplen veinte años de su fallecimiento.
Por: Redacción Gestion.pe
Julio Ramón Ribeyro, autor de historias como “Los gallinazos sin plumas” y “Las botellas y los hombres”, falleció un 4 de diciembre de 1994 luego de una prolongada lucha contra el cáncer. Lea aquí veinte de sus frases más populares.
1. “Una persona sin amigos corre el riesgo de no llegar jamás a conocerse”.
2. “En cada lector futuro, el escritor renace”.
3. “Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz”.
4. “Un amigo es alguien que conoce la canción de tu corazón y puede cantarla cuando a ti ya se te ha olvidado la letra”.
5. “En la salud lo que me conduciría a la muerte y en la enfermedad lo que me mantiene vivo”.
6. “¿Por qué escribo? Para crear, sin otro recurso que las palabras, algo que sea bello y duradero”.
7. “El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante”.
8. “Es curioso. En el fondo de los ojos de las personas extremadamente bellas hay siempre un remanente de imbecibilidad”.
9. “No concibo mi vida más que como un encadenamiento de muertes sucesivas. Arrastro tras de mí los cadáveres de todas mis ilustraciones, de todas mis vocaciones perdidas”.
10. “Es necesario dotar a todo niño de una casa. Un lugar que, aún perdido, pueda más tarde servirle de refugio y recorrer con la imaginación buscando su alcoba, sus juegos, sus fantasmas”.
11. “La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?… Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad”.
12. “Nada me impresiona más que los hombres que lloran. Nuestra cobardía nos ha hecho considerar el llanto como cosa de mujercitas. Cuando solo lloran los valientes: por ejemplo, los héroes de Homero”.
13. “Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno sería feliz lo creo al menos y ésta es ya una razón suficiente”.
14. “Pienso a menudo que así como la literatura de algún autor es la hechura de su propia vida, así también la vida de un autor es lo que uno escribe”.
15. “Se sueña solo en primera persona y en presente indicativo. A pesar de ello el soñador rara vez se ve en sus sueños. Es que no se puede ser mirada y al mismo tiempo objeto de mirada”.
16. “Cada escritor tiene la cara de su obra”.
17. “Lo que seremos está allí, en su configuración y sus objetos. Nada en el mundo abierto y andarín podrá reemplazar al espacio cerrado de nuestra infancia, donde algo ocurrió que nos hizo diferentes y que aún perdura y que podemos rescatar cuando recordamos aquel lugar de nuestra casa”.
18. “Empieza a sobrarme un poco de pasado. Ya no sé dónde meterlo ni qué hacer con él. Eso quiere decir que me estoy volviendo viejo”.
19. “Falta de tradición, poca capacidad introspectiva, conciencia inmadura de la propia persona, menosprecio de un tipo de obra cuya repercusión es generalmente póstuma y, en último término, ¿por qué no? Concepción machista de la literatura, que hace considerar la redacción de un diario como cosa de señoritas”.
20. “Entrar en una discusión es admitir por anticipado que tu contrincante puede tener la razón”.