“He rechazado una oferta de Disney y aún creo que fue una buena idea”
El estadounidense considerado el ‘rey de la animación indie’ priorizó desde sus inicios sus propios proyectos. Nominado varias veces a los Oscar por cortos animados como Your Face, Bill Plympton ha sido la primera persona en el mundo que ha dibujado a mano un largometraje animado completo.
Por: Karen Rojas Andia
Bill Plympton bien podría ser considerado el padrino de los dibujos animados y cómics para adultos. Y, aunque es de esos artistas independientes que se mantiene al margen del asedio popular, ha conseguido que sus dibujos aparezcan en revistas como Vanity Fair, The New Yorker, Vogue y Rolling Stone. Su humor es único. Y lo ha demostrado a tráves de la mítica microserie de MTV, ‘Enemigos’, de largos como ‘Cheatin’, cortos como ‘Your Face’ y ‘Dog’, por los cuales fue nominado a los Oscar.
¿De qué manera funciona su proceso creativo?
Cada proceso es único. Como soy independiente, hago casi todo por mí mismo. Es emocionante: centro toda mi imaginación en el filme.
¿Sería igual si lo hiciera bajo un estudio grande?
Si trabajara para un estudio como Pixar o Disney, solo me haría cargo de una partecita del trabajo. La verdad es que yo prefiero hacerlo todo.
¿Alguna vez se ha interesado en trabajar para Disney?
Claro que sí. Cuando tenía 15 años, envié a Disney un portafolio de dibujos con la esperanza de que me contrataran pero dijeron que era muy joven. Solo cuando me nominaron al Oscar muchos años después, me enviaron a uno de sus abogados.
¿Cuál fue el mensaje?
Disney Studios tenía proyectos bastante interesantes: el Rey León, la Bella y la Bestia, Aladino, etc. Ellos me ofrecían US$ 1 millón a cambio de que me incorpore a su estudio, me emocioné, pensé “finalmente descubrieron mi talento”, pero negociar con Disney no es sencillo.
¿Por qué?
Si trabajaba para Disney aún podía hacer cortos, contar historias divertidas, hacer muchas cosas pero Disney sería dueño de todo.
¿En qué pensó entonces?
Dije “¿y si tengo algún sueño? Disney sería dueño de eso”. Disney se apodera de tu alma. A esa edad quería hacer mis propias historias, así que rechacé el US$ 1 millón, aún me pregunto si fue una decisión inteligente o buena, pero creo que fue buena.
Las prioridades de un animador
Plympton demostró con ello que no estaba dispuesto a dejar sus sueños a un segundo plano aunque hubiera una jugosa cantidad de dinero de por medio. Él es un hombre lleno de ideas extrañas hasta contradictorias. Una muestra es el recopilatorio Independently Animated. Otra, Hitler’s Folly, un falso documental que despertó polémica al plantearse lo que hubiese ocurrido si Adolf Hitler habría intentado triunfar como dibujante en lugar de convertirse en dictador. A sus 70 años, Plympton aún tiene mucho por mostrar y asegura que su humor se mantiene a flor de piel.
¿Qué proyectos destacaría ahora?
He lanzado un nuevo corto llamado “Perro Policía”, es un can popular, es mi Micky Mouse (risas). Recuerdo que la idea nació cuando vi a un perro en el parque ladrándole a un pequeño pájaro, luego surgieron muchas cosas en mi cabeza, eso me inspiró a hacer este filme, que incluso fue nominado a un Oscar. Otro es Hitler Falling.
Despertó muchas críticas…
Sí… es muy provocativo. Pero no hice ese filme para volverme rico, solo pensé que era una idea divertida, quería explorar el sentido del humor, mucha gente se ofendió pero lo pasaron en Tel Aviv y fue un gran éxito.
¿El requisito de un animador es ser más observador de lo común?
Sí. Tienes que ser curioso sobre la vida, sobre porqué suceden las cosas… creo que tiene que gustarte el hecho de contar historias, de dibujar… yo invierto mucho de mi tiempo en hacerlo, a veces me levanto a las 6 a.m. para dibujar hasta las 10 p.m. Para mí es un placer.
¿Es difícil auto gestionarse?
Lo primero que hice se llamó Your Face, un filme que se proyectó en un festival de Francia, recuerdo que todos aplaudieron y, después se me acercaron representantes de la BBC, MTV, Cartoon, para ofrecerme dinero, o un contrato. Estaba sorprendido, ahí descubrí que es posible hacer dinero con cortometrajes.