Este es el nuevo Porsche 911 Turbo Cabriolet: US$ 182,000 de pura velocidad

FOTOGALERÍA. ¿Que por qué cuesta tan caro? Bueno, para empezar, el Porsche 911 Carrera Turbo Cabriolet 2017 llega más rápido a los 96 kph que otros autos de su categoría. Hannah Elliott, especialista en autos de lujo de Bloomberg, analiza aquí las bondades del último modelo de Porsche.

Los que hablan mucho no suelen hacer mucho. ¿Y los que hacen mucho? A esos no les hace falta hablar mucho. Esta regla se aplica a todo, desde el campo de juego hasta la sala del directorio.
También se aplica a lo que uno viste y lo que uno maneja. Si usted tiene un auto especial, no necesita hacer alboroto. ¿Esa gente que usted quiere que lo entienda? Lo entenderá. No hace falta fustigarla ostentando de más.
Lo que me lleva al Porsche 911 Turbo Cabriolet I modelo 2017 que manejé hace poco en Los Ángeles. Con un precio de US$ 182,000 (incluyendo opciones como un “paquete de diseño de luces” para interiores de US$ 510 y aranceles), es un Auto Muy Caro. Sin embargo, por fuera luce igual, sin algunas entradas de ventilación, al Porsche 911 Cabriolet, que cuesta US$ 80,000 menos.
Lo que es más importante, parece más afable que otros miembros de su categoría: el sexy y veloz Audi R8 Spyder (US$ 175,100) y el bonito clásico Mercedes-Benz AMG S63 Cabriolet (US$ 176,400) Comparado a esos dos convertibles, que comunican su potencial automotor con partes traseras estriadas, entradas de ventilación laterales que parecen cubrir el ancho del coche y parrillas que deslumbran como la ortodoncia de Lil Wayne, el 911 Turbo Cab parece humilde, incluso prosaico.
Pero eso es para el ojo inexperto. De hecho, el Porsche 911 Carrera Turbo Cabriolet modelo 2017 llega más rápido a los 96 kph que ambos vehículos (3.0 segundos, frente a 3.5 y 3.8 para el Audi y el ‘Meche’, respectivamente). También domina ese segmento de alto perfil en velocidad máxima (316.8 kph), par de torsión (709 newton metros) y manejo (hace que usted se sienta un dios de las carreras automovilísticas).
Y usa el combustible con mucha más eficiencia que esos otros convertibles ostentosos. Con su espacio interno, su valor para manejarlo todos los días y su eficiencia relativa con el combustible, hasta se podría tildarlo de práctico.
Gran parte de ese carácter hay que atribuírsela al motor bóxer doble turbo de seis cilindros y 3.8 litros de Porsche. Es el mismo que conocimos y nos enamoró en el 911 Turbo Cupé, pero con 20 caballos de fuerza más que el modelo descapotable del año pasado. El 911 Turbo Cabriolet es lo suficientemente liviano (1,670 kg, comparado a los más de 2,177 kg del Meche, por ejemplo) como para arreglarse con un corazón pequeño y eficiente.
Es casi imposible decir algo nuevo sobre cómo el (a esta altura mítico) 911 toma la carretera al manejárselo. Este coche aporta un no sé qué muy superior a lo que dicen sus especificaciones en el papel. Usted siempre recordará cómo se sintió al volante la primera vez que manejó uno.
Pero huelga repetir que el verdadero triunfo de Porsche es haber hecho que el 911 Turbo Cabriolet se sienta igual que el más pesado Cupé. Tiene una transmisión automática PDK con siete marchas y dos palancas y tracción en las cuatro ruedas. Al andar por curvas y subir colinas —cuanto más cerradas y empinadas, mejor, si usted desea sentir el verdadero potencial de este coche—, todo en su interior se siente compacto, sólido y bien controlado. Los frenos están alerta y se hace instantáneamente presentes cuando los necesita; el acelerador responde como un campeón tras inhalar fuerte (como suelen hacer los turbo).
En pocas palabras, me encanta lo reservado que es este auto respecto a lo bueno que es. No tiene nada que demostrar, no necesita publicitarse. Y el hecho de que la mayoría no sospechará ni de sus capacidades ni de sus gastos es el motivo definitivo perfecto para comprarlo.

Por: Redacción Gestion.pe