Estados Unidos necesita acelerar sus esfuerzos antitabaco

Las etiquetas de los efectos del consumo de tabaco podrían salvar más de 652,000 vidas en los Estados Unidos durante los próximos 50 años, y evitar 47,000 nacimientos prematuros, según un nuevo estudio.

Por: Redacción Gestion.pe

(Bloomberg) Las imágenes de pulmones enfermos, dientes podridos y gente respirando a través del orificio de una traqueotomía no son la mejor forma de vender cigarrillos. Esa es exactamente la razón por la que muchos países destacan tanto estas imágenes en las cajetillas de cigarrillos, y Estados Unidos debería hacer lo mismo.

Hace más de siete años, el Congreso ordenó la implementación de etiquetas de ese tipo, que cubrieran al menos la mitad de las caras frontal y posterior de las cajetillas. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) se ha tardado en acatar la ley, y esa demora priva a los Estados Unidos de una herramienta efectiva contra el mortal enemigo de la salud pública. Alrededor del 17% de los estadounidenses aún fuma, y casi medio millón muere cada año producto de ello.

Estas etiquetas podrían salvar más de 652.000 vidas en los Estados Unidos durante los próximos 50 años, y evitar 47.000 nacimientos prematuros, según un nuevo estudio. Y ese es solo el estudio más reciente que demuestra el poder de las etiquetas. La experiencia ha mostrado que los mensajes explícitos y directos contra el tabaco incentivan a los fumadores a dejar el cigarrillo, o. al menos, a pensar en dejarlo.

Las imágenes tienen más éxito cuando van con una advertencia escrita, como “El cigarrillo es adictivo”, “El cigarrillo causa infartos y enfermedades cardiacas” y “El Cigarrillo te puede matar”. La Ley de Control del Tabaco de 2009 exige que una de estas frases u otras seis también estén incluidas en todas las cajetillas de cigarrillo que se venden en los Estados Unidos. Estas frases son más directas que las advertencias del médico que ahora se esconden en los costados de las cajetillas (“Dejar de fumar ahora reduce significativamente los riesgos serios a sus salud”). Pero, hasta ahora, no se ha usado ninguna.

En un principio, la FDA parecía ansiosa por aplicar la Ley de Control del Tabaco. El 2011, la agencia cumplió su plazo para emitir una norma que exigía imágenes específicas en las cajetillas. Como se esperaba, la industria del tabaco presentó una demanda, y una corte federal dijo que la norma era una restricción inconstitucional a la libre expresión (en este caso comercial).

Sin embargo, la corte dejó espacio para que la FDA apelara con una mejor justificación. No lo ha hecho durante cuatro años, y el mes pasado, ocho grupos de salud pública (incluida la Campaña para Niños Libres de Tabaco, respaldada por Michael R. Bloomberg) demandó a la FDA para que avance con la apelación.

Tal como indican los grupos, la demora ha sido tiempo suficiente para que más de 3 millones de estadounidenses comiencen a fumar, la mitad de los cuales probablemente morirá como consecuencia. La nueva evidencia del potencial de salvar vidas de las etiquetas debería facilitar a la FDA justificar un conjunto revisado de etiquetas y llevarla a actuar con más rapidez.