La enfermedad terminal que padece el periodismo de Latinoamérica
El periodismo latino arrastra varios problemas, pero también guarda la mejor de las proyecciones, según el propio García Márquez. Desde la fundación de ‘Gabo’, el director de proyectos, José Luis Novoa, nos cuenta de qué adolece el periodismo en el sector salud.
Por Favoractualice a un navegador mas moderno.
Por: Manuel Patiño
Gabriel García Márquez soñó en su momento más lúcido que el mejor periodismo se puede hacer en Latinoamérica. La razón es simple, para hacer buen periodismo no necesitamos ni dinero ni muchos equipos, solo investigar y amar el oficio.
Y la ventaja es que, en pocas palabras, el periodismo trata de contar una historia. Y Latinoamérica es una olla hirviente de relatos fantásticos y casos inspiradores (para bien o mal). ¿Entonces ya estamos listos? Aún falta bastante.
José Luis Novoa persigue el sueño de ‘Gabo’ desde su propia trinchera. Como director de programas de la Fundación Gabriel García Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), advierte que hay trecho por recorrer para ingresar a la meca del periodismo. Sobre todo desde su especialidad: el sector salud.
La particularidad de este sector es que se le reclama a todo el mundo (y con justa razón) y nadie sabe muy bien quién debe recibir las quejas. ¿Son los privados, el Estado, el ciudadano mismo?
Y cuando la vida misma de una persona está en juego, la materia se torna aún más delicada. ¿Entonces, cuál es la labor del periodismo? La de siempre, fiscalizar. Pero, hay una misión importante que solemos obviar desde nuestra esquina, y es la de contribuir al diálogo público entre las distintas industrias relacionadas a la salud, médicos, gobierno y ciudadano, sostiene Novoa.
Ideología de féretro
Escuchamos la palabrita “ideología” a diario en contextos ridículos. No obstante, aquí está más vigente que nunca.
Muchos periodistas entran a la batalla sanitaria con una postura o ideología definida. “El Estado es el responsable”, “las empresas abusan del ciudadano”, “el médico es negligente”, cuando no salta la verdadera pregunta: ¿por qué?
Ingresar con una ideología al tema de salud es ligeramente irresponsable, pues lo que está en juego es la vida de una persona, y a ella no le interesará si lo cura el ministro o una aseguradora. Solo quiere sanarse, advierte Novoa.
“Tendemos, por solidaridad, a poner como protagonista al enfermo. Pero no mostramos cuál es toda la problemática que hay”, apunta el periodista. Y es que si bien el paciente busca curarse, mostrar solo su perspectiva no va a generar un cambio sustancial en el sistema de salud.
Porque la enfermedad terminal que padece el periodismo ya está diagnosticada, y es el ‘unifuentismo’. En pocas palabras, la investigación periodística es pobre porque solo se aborda desde un punto de vista. Y lo que necesitamos es una visión más holística.