Con la elección de Donald Trump, los humoristas se quedaron sin ganas de reír
Jimmy Fallon, que presenta el “Tonight Show”, intentó imprimirle un toque de humor. “Los republicanos esperan que (Donald Trump) mantenga su promesa de construir un muro y los demócratas esperan que mantenga su promesa de no aceptar los resultados de las elecciones”, intentó.
Por: Redacción Gestion.pe
(AFP) Donald Trump fue, durante más de un año de campaña electoral, uno de los blancos preferidos de los comediantes en Estados Unidos, que a menudo se burlaban de su estilo y sus excesos. Pero tras el triunfo del magnate, no les quedaron ganas de reír.
Apenas unas horas después de enterarse la madrugada del miércoles de que el multimillonario republicano había sido elegido como el 45° presidente de Estados Unidos, muchos humoristas aparecían en los tradicionales talk-shows de la noche.
Chelsea Handler se derrumbó en lágrimas en su programa difundido la noche del miércoles en la red Netflix. Y, claramente, había perdido su sentido del humor.
“Obviamente no es el resultado que yo esperaba”, admitió de inmediato la comediante estadounidense de 41 años. “Al igual que muchas personas en este país, estoy triste, estoy decepcionada y estoy desubicada”, expresó.
Después de disculparse “odio llorar en cámara”, reconoció su deseo de “tirar la toalla”: “De verdad, de verdad quiero mudarme a España en este momento”, dijo.
El resultado de la elección, que tomó por sorpresa a la casi totalidad de la clase media estadounidense, dejó especialmente atónitos a los comediantes, muchos de los cuales tomaron abiertamente posición en contra de Donald Trump en los últimos meses.
Es el caso de David Cross, cuyo programa “Making America Great Again” (Haciendo a Estados Unidos Nuevamente Grandioso), disponible en Netflix desde julio, toma el lema de la campaña de Donald Trump, a quien critica sin tapujos.
Extracto: “Donald Trump, si escuchas sus palabras, suena como un personaje de película de guerra que consuela a su amigo que no se dio cuenta de que su parte inferior del cuerpo explotó”.
“No olviden retroceder sus relojes hasta 1861 esta noche”, escribió un ácido David Cross el miércoles, en referencia a la guerra civil estadounidense.
Necesidad de reír
El presidente electo Donald Trump, que generalmente resiste impávido a las burlas de las que es objeto, había dejado entrever cierta molestia en algunos de sus tuits tres semanas antes de las elecciones.
“Vistos los ataques de Saturday Night Live contra mí. Es hora de retirarse del aburrido y molesto show. El fraude electoral de los medios!”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.
El miércoles, para esos comediantes fue como un duro despertar.
Trevor Noé, comediante sudafricano del popular programa televisivo “Daily Show”, ni siquiera intentaba hacer humor.
“Sinceramente, no puedo creer que esto haya sucedido. Ni siquiera los partidarios de Trump pueden creer que esto haya sucedido”, dijo.
“Miren esa cara. Miren a ese hombre”, continuó, mientras mostraba una foto tuiteada por Donald Trump durante la noche de las elecciones.
“Ahora esta cara es la que representa a Estados Unidos en el mundo. Es la cara que se dirigirá a la nación después de una tragedia. Es la cara que dirigirá al ejército más poderoso del mundo”, agregó.
En la misma línea Stephen Colbert, que presenta “The Late Show” en la cadena CBS, aseguró desilusionado: “Ahora no estoy seguro de qué creer acerca de nada”.
Y describiendo el ambiente de desánimo en Nueva York, agregó: “Esto es lo que se siente cuando Estados Unidos vuelve a ser grandioso”, dijo retomando el eslogan de campaña del multimillonario.
“Realmente esperaba que se sintiera mejor, porque esto es una mierda”, sentenció.
Samantha Bee, en TBS, Seth Meyers y Jimmy Fallon en NBC, en todos los programas satíricos y humorísticos, se percibía el mismo ambiente catastrófico.
Jimmy Fallon, que presenta el “Tonight Show”, intentó imprimirle un toque de humor. “Los republicanos esperan que (Donald Trump) mantenga su promesa de construir un muro y los demócratas esperan que mantenga su promesa de no aceptar los resultados de las elecciones”, intentó.
Luego agregó rápidamente con un tono sombrío: “Sé que hoy ha sido un día de locos. Algunos están asustados y nerviosos. Algunos están felices”, resumió.
Y concluyó con una anécdota: “Esta mañana estaba caminando por Nueva York y un chico se acercó a mí y me dijo: ‘Ey, vamos a necesitar reírnos esta noche’”.
Pero no había estómago para eso.