Diez lugares claves que debes conocer si tu destino es Asia

FOTOGALERÍA. Asia suele ser el primer destino para los grandes viajeros. Lonely Planet publicó su ranking anual Best in Asia 2017, con los diez nuevos destinos asiáticos que conviene visitar antes de que se pongan de moda.

Gansu (China). Para los expertos en Asia de Lonely Planet, la provincia de Gansu es el gran destino asiático que conviene descubrir cuanto antes. Esta región china de montañas nevadas y paisajes llenos de contrastes, que se estira del centro al norte del país, forma parte de la Ruta de la Seda.
Yokohama y Kamakura (Japón). Al sur de Tokio, visitada cada año por millones de visitantes, dos ciudades aguardan a ser descubiertas por el turista occidental: Yokohama y Kamakura. La primera de ellas, situada en una gran bahía, es la segunda ciudad más grande de Japón, a solo 20 minutos en tren de la capital nipona. Yokohama merece una visita por su peculiar arquitectura, sus restaurantes y microcervecerías, los clubes de jazz y los nuevos proyectos de arte contemporáneo que se están desarrollando. Como curiosidad, dos museos de esta ciudad rinden homenaje al humilde noodle: el museo del Ramen, centrado exclusivamente en estos fideos de origen chino que vuelven locos a los japoneses, y el Cup Noodles Museum, dedicado a los ramen instantáneos, invento de un tal Momofuku Ando en 1958.
Norte de Kerala (India). Las playas del sur de Kerala son, desde hace décadas, uno de los grandes destinos viajeros en Asia, pero lo que está por descubrir es la región norte del estado indio, repleta de encanto rural. Además de sus arenales maravillosos y poco explotados, aquí sorprenden las danzas y rituales theyyam, que se consideran anteriores al hinduismo y se originaron a partir de bailes folclóricos celebrados durante las fiestas de la cosecha. Los turistas son bienvenidos, aunque no se trata de un espectáculo artístico, sino de un ritual religioso.
Keong Saik (Singapur). También las ciudades que todos los viajeros visitan, como Singapur, pueden reconvertirse en un destino completamente diferente. Esta urbe, casi futurista, redescubre nuevos ángulos como Keong Saik, antiguo barrio rojo, al oeste de Chinatown. Un rincón incluso peligroso en otros tiempos –con altos índices de delincuencia– que se ha convertido en el barrio de moda, el paradigma del “Nuevo Singapur”. Sus edificios coloniales de estilo art-déco acogen ahora restaurantes de cocina fusión creativa.
Astana (Kazajistán). Incluso a los grandes viajeros, esos que han recorrido todo el mundo, les quedan países por visitar. Hay muchas probabilidades de que Kazajistán sea uno de ellos. Ahora su capital suena más que nunca, dispuesta a convertirse en una nueva opción viajera para conocer algo diferente. Astana está en medio de una inmensa y vacía estepa y se alza, de repente, como una ciudad súper moderna de cristal y acero y rascacielos dorados. Presume, por ejemplo, de tener la marquesina más grande del mundo y de otros récords estrafalarios que han podido permitirse gracias al petróleo y la visión futurista de su particular presidente.
Takayama (Japón). A esta ciudad tradicional, que apenas ha cambiado desde hace tres siglos, hay que viajar cuanto antes. Comienzan a llegar los primeros vientos de cambio: una nueva construcción de cemento gris acaba de sustituir a su antigua y encantadora estación de tren y ya hay turistas deambulando por unas calles en las que hasta hace muy poco solo se escuchaba hablar japonés. Pero Takayama todavía representa el viejo Japón y su forma de vida: los discípulos del templo (deshi) barriendo y rastrillando la gravilla y abriendo las puertas para que entre el sol; tenderos y artesanos esperando pacientes al comprador en sus puertos del mercado; antiguos puentes que cruzan sobre el sereno río que atraviesa la ciudad.
Xi’an (China). De todos los destinos incluidos en este ránking asiático, Xi’an es, probablemente, el más turístico. Casi todos los circuitos por China incluyen la visita a sus famosos guerreros de terracota, e incluso muchos viajes por la antigua Ruta de la Seda arrancan en Xi’an, su punto más oriental. Esta ciudad de casi tres mil años, que conserva toda su vitalidad comercial de antaño –las callejuelas del laberíntico barrio musulmán todavía se llenan de vendedores ambulantes de todo tipo–, ha promovido durante los último años que la Ruta de la Seda sea declarada patrimonio mundial por la Unesco.
Sri Lanka. La imagen más conocida de la antigua Ceilán son sus playas de arena dorada, pero Sri Lanka tiene otra cara diferente: la de sus montañas y la neblina disolviéndose poco a poco para dejar al descubierto plantaciones de té color esmeralda, bosques y montes aislados. Son las tierras altas de la isla, una refrescante huida en la que abrigarse con una chaqueta de lana durante el día y acurrucarse junto al fuego por la noche. Solo hay que montar en un tren y poner rumbo a Kandy, introducción perfecta a la idílica región de Hill Contry. En el centro urbano, de casas y hoteles coloniales, los tuk-tuks derrapan al doblar las esquinas, esquivando a las mujeres envueltas con saris de seda multicolor.
Malaca (Malasia). Cuando Kuala Lumpur era un pantano y Penang todavía no se había convertido en la Perla de Oriente, Malaca ya era uno de los puertos más importantes del sudeste asiático. Luego perdió su estatus frente a Singapur, pero gracias a ello su arquitectura antigua ha quedado a salvo y fue declarada patrimonio mundial en 2008. Reconvertida en uno de los grandes atractivos turísticos de Malasia, han florecido en ella hoteles boutique y restaurantes. Ahora el foco está en el río Melaca, con sus paseos en barca y futuros taxis acuáticos que enlazarán la estación de autobuses con el centro.
Raja Ampat (Indonesia). Incluso un país tan aventurero como Indonesia tiene una última frontera: Papúa, la mitad de la segunda isla más grande del mundo, Nueva Guinea. Allí, frente a la costa de Sorong, encontraremos ese lugar remoto, el archipiélago de Raja Ampat, al que cada vez llegan más viajeros occidentales. Son unas 1.000 islas, casi deshabitadas, pero con un impresionante paisaje selvático, playas de arena blanca, lagunas ocultas, cuevas y, sobre todo, unas maravillosas aguas azul turquesa.

Por: Redacción Gestion.pe