Diez ciudades perdidas: Conozca los misterios detrás de cada una de ellas

FOTOGALERÍA. Así como Machu Picchu permaneció perdida durante siglos, existen otras edificaciones en el mundo que también lo estuvieron y guardan secretos y leyendas como la ciudadela inca. Conozca cuáles son.

Palenque (México). A los pies de los montes de Chiapas, en el suroeste de México, Palenque es un tesoro para los arqueólogos. Al parecer, la ciudad existía ya cien años antes de Cristo. Cinco siglos después se convirtió en un importante centro de la civilización maya clásica, con sus mitos y leyendas: niños reyes, invasiones, decapitaciones, intrigas cortesanas y, finalmente, su declive y abandono. Hoy es un importante centro turístico y arqueológico que nos habla de un tiempo pasado a través de sus impresionantes templos en forma piramidal o el impresionante palacio.
Babilonia (Irak). Las ruinas de Babilonia conjuran imágenes de un pasado bíblico: la gran Torre de Babel, los bellos Jardines Colgantes… y esa canción discotequera tan pegadiza que no hay manera de quitársela de la cabeza. Babilonia, fundada alrededor del 2500 antes de Cristo, se convirtió en un gran centro del mundo mesopotámico 500 años más tarde, cuando Hammurabi, el primer rey del imperio, la convirtió en su capital. Fue destruida en el siglo VI antes de Cristo por los asirios y cuatro siglos después, tras la muerte de Alejandro Magno. Hoy solo los viajeros más aguerridos la visitan (figura entre los destinos a los que el Ministerio de Exteriores desaconseja viajar). Está a 85 kilómetros al sur de Bagdad y Babel Tours (www.babel-tours.com) gestiona itinerarios escoltados.
Angkor (Camboya). Destartalados templos de piedra abrazados por la maleza de la jungla y túnicas de color cúrcuma desapareciendo entre los huecos de antiguos templos. Angkor tiene su población fija de turistas, pero es tan grande (se cree que abarcaba 3.000 kilómetros cuadrados) que es fácil encontrar rincones para perderse. Construida entre el año 900 y el 1200, la ciudad alcanzó el millón de habitantes y fue la capital del imperio Jemer. Quizá el cambio climático (que afectó al suministro de agua) fuera la causa de su abandono hace unos quinientos años. Está a 20 minutos al norte de Siem Reap y se puede visitar por libre, pero también con 'tours' en bicicleta, helicóptero, tuk-tuks o elefante.
Wittenoom (Australia). Perdida en el desértico estado de Western Australia, Wittenoom no ha desaparecido del todo, pero probablemente esté a punto de hacerlo. De hecho, oficialmente ya no es una población ni disfruta de los servicios públicos que tuvo como sede de la industria minera del asbesto hasta mediados de la década de 1960, cuando la preocupación sanitaria respecto a este material que obstruye los pulmones recomendó su desalojo. Quedan un puñado de habitantes y resulta difícil llegar (requiere un largo viaje en automóvil de 1.100 kilómetros hacia norte desde Perth). El Karijini National Park, con profundos cañones y atractivas pozas para nadar puede hacer que la aventura merezca la pena (www.westernaustralia.com).
Cartago (Túnez). Tras 900 años ejerciendo el poder en el norte de África y el sur de Europa, Cartago sucumbió al Imperio Romano. Reconstruida por los romanos y de nuevo gloriosa, volvió a refundarse entre conflictos, para finalmente ser destruida por los musulmanes árabes. Situada hoy a las afueras de Túnez, se pueden visitar los destartalados restos de baños, villas y templos romanos (www.turismodetunez.com). Las costas de Cartago presumen de otras joyas también muy visitadas, como La Marsa o Sidi Bou Saïd. Es una escapada perfecta para un día desde la capital, Túnez, a solo 15 kilómetros y con enlaces excelentes.
Skara Brae (Escocia). Este yacimiento prehistórico bien conservado, situado en las Islas Orcadas, corresponde a un asentamiento agrícola de más de cinco mil años y fue descubierto en 1850, gracias a la labor de una gran tormenta. Las excavaciones (y más tormentas) revelaron que la aldea tenía al menos ocho casitas de piedra provistas de camas, chimenea y estanterías. Al parecer, la erosión acercó el poblado al mar, hasta que finalmente fue abandonado y engullido por la arena durante cuatro milenios. La erosión continúa amenazante y en invierno las visitas dependen del tiempo. La mejor manera de llegar es en avión, aunque los vuelos varían en función de la meteorología y la temporada (www.flybe.com).
Herculano (Italia). Como su vecina Pompeya, Herculano quedó arrasada por un río de lava del Vesubio en el año 79 después de Cristo. Habitada por la clase alta, la ciudad fue descubierta hace 250 años y es un tesoro arqueológico. El flujo piroclástico que la cubrió carbonizó la materia orgánica, pero conservó tanto las estructuras como los cuerpos humanos, algunos encontrados cerca de la costa, seguramente mientras intentaban alcanzar un barco. Pero lo más interesante son los cientos de pergaminos encontrados en la Villa dei Papiri, los textos de la única biblioteca de la Antigüedad que se conservan. A Herculano se llega con el tren Circumvesuviana desde Nápoles y visitar todo el yacimiento requiere un día completo.
Darwin (California). Como tantas poblaciones estadounidenses de finales del siglo XIX, Darwin, al borde del californiano Valle de la Muerte, debe su existencia a un hallazgo minero, plata en este caso. Pero fue flor de un día: se abandonó cuatro años después de su fundación, en 1878, cuando los prospectores se trasladaron al siguiente 'Dorado'. Revivió a principios del siglo XX gracias al cobre y todavía es posible toparse con algún residente. Solo hay una carretera solitaria que llega a esta población fantasma; sale de la State Highway 190, a 75 kilómetros al suroeste de Stovepipe Wells.
Taxila (Pakistán). Fundada por un rey hindú hacia el siglo VII antes de Cristo, Taxila (oTakshashila) conserva una leyenda de tres ciudades perdidas. La primera estaba sobre una colina, más tarde conocida como Bhir Mound. Tras diversas intrigas políticas y árboles genealógicos, la ciudad quedó en manos de una nueva Taxila, conocida como Sirkap, levantada por los invasores griegos. Disfrutó de cierta relevancia en el mundo de la filosofía y las artes, que continuó bajo los kushanos, que la refundaron como Sirsukh. Esta tercera Taxila cayó ante los hunos en el siglo VI, quienes la dejaron en ruinas. El yacimiento, patrimonio mundial y visitable, está unos 30 kilómetros al noroeste de Islamabad. El Museo de Taxila alberga todo tipo de objetos que ayudan a reconstruir la compleja historia de esta ciudad de la Antigüedad.
Dunwich (Reino Unido). En Dunwich, al este de Inglaterra, abundan las historias de playas encantadas en las que con bajamar se oye todavía el repicar de las campanas mudas de una iglesia bajo las olas. Fue una ciudad gloriosa, puerto importante y una de las poblaciones más grandes de la Gran Bretaña medieval, en su día capital de East Anglia. Pero estaba levantada sobre la arena y a finales del siglo XIII una tormenta la devastó. La erosión costera hizo el resto y varios siglos después el océano terminó por engullirla totalmente. El Dunwich Museum (www.dunwichmuseum.org.uk) muestra una réplica a escala de la ciudad en sus días de esplendor.

Por: Redacción Gestion.pe