Deje de ser un turista mudo y use alguna de estas aplicaciones
FOTOGALERÍA. ¿A qué turista no le gustaría dominar la lengua de cada nuevo destino que visita? Para aliviar esa necesidad de comunicación, Nikki Ekstein de Bloomberg presenta las siguientes apps de aprendizaje.
Si no cuida su pronunciación, es fácil decir en Francia que una está embarazada en vez de que ha comido suficiente.
En Israel uno puede llegar a pedirle a alguien que “compre a su hija” en vez de que quiere comprar una pieza de pan.
¿Está en Alemania y quiere decir que siente frío? Suena muy parecido a decir que uno está muerto. Vivir como ciudadano local es algo que les encanta a los turistas, pero hablar la lengua local no siempre es tan fácil.
Para ello, mencionamos a continuación las mejores aplicaciones de aprendizaje de idiomas que puede considerar. Para elegir una, tome en cuenta su estilo personal de aprendizaje y sus actuales metas.
Por qué nos gusta: No hay que leer. No hay que escribir. Solo cinco minutos al día. Esto es lo que promete Drops para que usted aprenda una de las 19 lenguas ofrecidas, las cuales van del francés y el español al coreano, pasando también por el esperanto. Las lecciones lo llevan a través de 120 entradas que cubren alimentos, bebidas, números y términos usados a menudo en hoteles.
Advertencia: Drops pone fuerte énfasis en construir un vocabulario a través de sustantivos, lo que significa que usted no obtendrá muchos conocimientos de gramática, usos y conjugaciones.
Por qué nos gusta: Busuu ofrece para el aprendizaje de una lengua el equivalente de los amigos por correspondencia: si usted está estudiando francés, sus ejercicios de conversación son evaluados por estudiantes de Busuu en Francia, siempre que devuelva el favor y califique la tarea de algún otro que esté aprendiendo su lengua.
Advertencia: la mayoría de las mejores funciones de la aplicación requieren un pago, incluido el intercambio ilimitado con estudiantes extranjeros. Pero los planes son muy asequibles: un mes cuesta US$8 y un año, US$45, menos de un dólar por semana.
Por qué nos gusta: con Duolingo usted tiene la libertad de aprender una de 23 lenguas a su propio ritmo, aunque esto signifique dedicar varias horas al día, por ejemplo, al italiano. Tiene, además, un estilo de enseñanza holístico: usted aprende vocabulario, gramática y usos en forma simultánea mediante tarjetas flash, y ejercicios para rellenar espacios en blanco que realmente le hacen pensar.
Advertencia: si su prioridad es hablar, encontrará los ejercicios de ortografía tediosos. Son especialmente frustrantes en las lenguas romances, que requieren muchos acentos ortográficos. Y para los viajeros, el vocabulario no tiende a lo práctico. Probablemente usted aprenda a conjugar “yo leo, tú lees, él lee…” o a afirmar “el gato es negro”, antes de podes decir “por favor” y “gracias”.
Por qué nos gusta: esta aplicación pone especial interés en la diversión y la utilidad. Su formato le permite decidir cuántas palabras quiere absorber en una única lección y abundan los refuerzos positivos. Conforme usted progresa en el aprendizaje, obtiene puntos por las respuestas correctas y se gradúa con un sistema de calificaciones algo tonto. Memrise, además, favorece las habilidades cotidianas de conversación por encima de los ejercicios técnicos.
Advertencia: ofrece pocas oportunidades de practicar su pronunciación.
Por qué nos gusta: no está bellamente designada ni ofrece la oportunidad de jugar. Pero lo que le falta en encanto se compensa con su gran rigor. Las lecciones básicas lo llevarán a través de los elementos esenciales de la lengua informal (“¿Cómo está usted?”, “Mi nombre es…”). Pero se vuelven progresivamente difíciles y deberá dedicarle unas dos horas a cada uno de los temas (animales, viajes, compras, por ejemplo).
Advertencia: al igual que algunas otras aplicaciones, para la mayoría de las lecciones de Mondly deberá desembolsar un pago (los planes empiezan con US$3,99 por mes). Pero con 32 lenguas para elegir –algunas tan difíciles de encontrar como persa y afrikáans– puede valer la pena.
Por: Redacción Gestion.pe