Crónica de un fiasco: Los responsables del 'error' que coronó el Oscar 2017

¿Cómo llegó el sobre equivocado a las manos de Warren Beatty? La ceremonia más política de los últimos tiempos terminó opacada, por un “error humano”, según la PwC.

Los maletines de la discordia. (Foto: Reuters).

Por: Redacción Gestion.pe

“Y el Oscar va para… La La Land”, anuncia una alegre Faye Dunaway ante la confusión de Warren Beatty, la algarabía del equipo de producción del musical, y la desesperación de dos individuos al lado del escenario y fuera de cámaras: Brian Cullinan y Martha de la Torre Ruiz.

Pero antes del fiasco de la Academia, la ejemplar actuación de Jordan Horowitz y la justa celebración del equipo de Moonlight. Mucho antes, meses atrás, comenzó un proceso que culminó con el sobre equivocado.


Cullinan y De la Torre conservan, cada uno, un maletín con 24 sobres, que contienen los nombres de los ganadores del Oscar, y fue el inicio de la confusión.

En resumen, ambos se colocan a los extremos del estrado y tienen copias idénticas de las cartas. Si Leonardo DiCaprio sube por la izquierda, se le entrega el sobre, y el custodio de la derecha destruye la copia.

El problema fue simple, Brian Cullinan no se deshizo del sobre de Mejor actriz, y se lo entregó a Beatty y Dunaway, quien leyó el nombre de la película (La La Land), abajo de una inscripción enorme que rezaba “Emma Stone”.

Resulta que Cullinan quería mandar un tweet sobre Emma Stone, recién coronada como Mejor actriz, y se distrajo.

Pero, cómo puede ocurrir esta confusión. Cómo la nomofobia puede boicotear una gala enorme. Cómo una ceremonia tan meticulosamente planeada puede culminar de la forma más bochornosa que pudieran imaginar. Y sobre todo, por culpa de quién.

Nadie sabe cómo ocurrió el desastre, pero la compañía responsable es PricewaterhouseCoopers (PwC), que ya ofreció las disculpas pertinentes.

Desde hace unos años la Academia confía en la multinacional para que realice, con el máximo secreto, el conteo de los votos y designe un par de custodios que mantengan silencio hasta la noche de la gala.


Brian Cullinan no es un improvisado. Solo en los premios Oscar tiene cuatro años de experiencia en el cargo. Además, es socio principal de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas (sí, la de los premios), y presidente del Consejo de Estados Unidos de PwC, sin contar su membresía del Consejo Mundial de la auditora.

Martha de la Torre, por su parte, tiene dos años de experiencia como custodio, y más de 10 años trabajando con el equipo de votación de los Oscar.

Ahora, el trabajo no solo consiste en coger dos maletines, posar para la foto en la alfombra roja, y repartir papeles como cartero al lado del escenario. El esfuerzo, recuerden, comienza meses atrás, desde la misma votación que elegirá a los campeones de la noche.

Ellos dos son los únicos encargados de contar los votos. Nadie más tiene acceso a los mismos. Y por si fuera poco, tienen que hacerlo todo en la mente.

Por motivos obvios, tienen prohibido escribir el resultado, así que la única opción disponible es memorizarlo, sin copias, hasta el día que se imprimen en las cartas, se guardan en los sobres y se parte hacia el Dolby Theater.

Cuando llega el día especial, y dos producciones bastante queridas preparan discursos que, curiosamente, se escucharían en el mismo escenario, Cullinan y De la Torre parten en vehículos y rutas distintos para asegurar la seguridad del maletín.

En la ceremonia, con los ojos del mundo encima, todo debe salir perfecto. En especial ese pequeño detalle que significa un papel, la confusión de dos leyendas del cine, y el desconcierto de todos los asistentes.

Porque al final, la ganadora fue La La Land, ¿cierto? No, perdón… Moonlight.