Cómo Tom Hanks y otras estrellas de Hollywood ganaron millones con ideas en las que nadie creía

FOTOGALERÍA. La revista Vanity Fair ha elaborado cómo un nutrido grupo de actores, productores y directores de cine ganaron millones de dólares apostando por ideas que muchos creían absurdas. Entérese de qué se trataba.

La película Paranormal Activity (2009) ha resultado ser la más rentable de la historia del cine: recaudó 13,000 veces su presupuesto. El productor Jason Blum invirtió US$ 15,000 y recaudó US$ 193 millones. (Foto: IMDB)
Forrest Gump estuvo a punto de no ser filmada por su alto costo. Tom Hanks, protagonista del filme, creía tanto en el proyecto que aceptó no cobrar a cambio de un 10% de la taquilla, y convenció al director Robert Zemeckis de llegar a un acuerdo similar. La película fue la más taquillera del año, reportándole a Hanks un ingreso de US$ 60 millones. (Foto: IMDB)
Winston Groom, autor de la novela en la que se basó el libreto de la película Forrest Gump, cedió los derechos por US$ 350,000 más un 3% de beneficios que se convirtió en US$ 18 millones. Sin embargo, no recibió nada porque el estudio alegó que la película había dado pérdidas. (Foto: apbspeakers)
Cuando le ofrecieron a Jack Nicholson aparecer en la película Batman le dijeron que solo podían pagarle US$ 6 millones. Él aceptó a cambio de un 10% de la recaudación. Al final, se hizo de US$ 40 millones, que hace 25 años eran muchos millones. (Foto: vignette)
Durante el rodaje de El llanero solitario, Johnny Depp aceptó rebajar un 20% su sueldo a cambio de un porcentaje sobre los beneficios. La película perdió US$ 250 millones, así que Depp debería indemnizar al estudio para compensarles. (Foto: sp1.cinedor)
Twitter hizo un gran “negocio” con Ashton Kutcher. El actor publicitaba en la red social el lugar donde estaba y así atraía a los fans de la zona. Varios famosos al imitar a Kutcher popularizaron gratuitamente a la plataforma. (Foto: Bloomberg)
Ashton Kutcher, quien interpretó a Steve Jobs, compró acciones de compañías tecnológicas como Skype, Spotify, FourSquare y AirBnb, que le han dado buenos dividendos. (Foto: i.ytimg)
Will Smith anunció en el 2009 que quería tomarse un descanso. Aquel año, su hijo mayor, Jaden, filmó Karate Kid y obtuvo ingresos por US$ 25 millones, que por supuesto su padre termino administrando. Una maniobra comercial muy rentable. (Foto: Bloomberg)
El presupuesto de Enredados fue de US$ 260 millones, el más alto de la historia para una película de animación, pero no obtuvo la recaudación esperada por los productores. Tres años después, Frozen continuó la senda de Enredados y se convirtió en la película de animación más taquillera de todos los tiempos. (Foto: IMDB)
La web de la película El proyecto de la bruja de Blair fue su única herramienta promocional, pero fue más que suficiente. Insinuando que las imágenes de la película eran ciertas, consiguieron que todo el mundo hablase de ella. US$ 22,000 de presupuesto se tradujeron en US$ 250 millones recaudados. (Foto: i.ytimg)
Morgan Spurlock invirtió US$ 65,000 en el 2004 para filmar un documental sobre la comida chatarra en Estados Unidos llamado Super Size Me. La repercusión en los medios de comunicación se tradujo en US$ 22 millones recaudados. (Foto: Bloomberg)
George Lucas no cobró nada por La guerra de las galaxias, pero exigió el total de los beneficios de los productos relacionados con la saga: muñecos, camisetas, póster, etc. En 1975, Fox creyó que había estafado a Lucas, pero el fenómeno consumista fue tan apabullante que en la navidad de 1977 se agotaron los muñecos de Han Solo. (Foto: Bloomberg)
La saga de Harry Potter se había establecido en una recaudación mundial de US$ 900 millones por película. Lionel Wigram tuvo una idea fabulosa: dividir la última entrega de la saga en dos películas. La primera recaudó 900 millones, la segunda 1,300. ¿Cómo alargaron esta última secuela? Rodando a los actores corriendo de un sitio a otro durante una hora. (Foto: Bloomberg)

Por: Redacción Gestion.pe