Las ciudades de Europa cuyo valor podría despegar
FOTOGALERÍA. Visitar alguna de estas ciudades tiene algo especial que cautiva y son sus monumentos históricos o sus construcciones icónicas, que parecen no haber sufrido cambios por el paso del tiempo. Sin duda, esto hará que pronto suban en su valor y te las presentamos a continuación: (texto y fotos : msn.com)
Ferrara (Italia). Su único delito es estar en tierra de nadie, a medio camino de tres potencias turísticas como son Venecia-Padua, Verona y Bolonia. Sin embargo, Ferrara recompensa gracias a monumentos icónicos como el castillo de los Este, un oasis rústico y medieval entre esquinas neoclásicas.
Coimbra (Portugal). Cuenta con monumentos de parangón como su universidad (protegida como Patrimonio Mundial) o su casco histórico plagado de iglesias, conventos y callejones. Además, su vidilla y los intangibles que le dan los estudiantes, son capaces de convertirla en un referente cultural a todos los niveles en el corazón del país luso.
Friburgo (Suiza). Si existe algún adjetivo con el que describir Friburgo ese es ‘peculiar’. Y es que esta urbe coqueta anda a medio camino de todo, la gente habla alemán o francés indistintamente y todavía sigue pareciendo un milagro que se haga vida en un meandro tan escarpado.
Bremen (Alemania). Anoten esta ciudad para aquellos viajes en los que se busque delirio ornamental y canallismo contemporáneo a partes iguales. El gran puerto del Elba conserva un centro histórico bello a rabiar.
Malinas (Bélgica). Tiene de todo: canales, una catedral gigante, palacios reales y hasta un centro de documentación sobre la II Guerra Mundial de arquitectura y contenido perturbador. Pero, sobre todo, puede presumir de albergar una de las cervecerías más atractivas del planeta, Het Anker, así como una ruta dedicada a reivindicar el papel de la mujer en la creación de esta bebida.
Sibenik (Croacia). Su joya es la catedral de Santiago, un templo que podría brillar en la Toscana gracias a sus mármoles y a sus finas esculturas de diversos artistas transalpinos. Y luego están sus callejuelas, su centro histórico abigarrado y constreñido por el mar y ese sol que lo inunda todo.
Novi Sad (Serbia). Vista desde el Danubio, esa coqueta urbe cercana a Belgrado tiene diversos puntos de vista. Uno el histórico-belicista, el que justifica la fortaleza de Petrovadarin, una ciudad dentro de la ciudad situada en lo más alto desde donde se controlaba el transcurso del río.
Newcastle (Reino Unido). Tanto en sus maneras como en su monumentalidad, esta urbe británica podría considerarse como la capital del norte. Razones no le faltan, desde un castillo recio para dominarlos a todos hasta un teatro real con el que promover el espectáculo y una gran catedral, la de San Nicolás, con la que seducir a los amantes del gótico.
Le Havre, Francia. Tiene el carácter metropolitano de una ciudad portuaria que creció al amparo de la industria y la exportación en el siglo XIX. Además, se le suma el encanto arquitectónico de haber sido remodelada por completo tras la II Guerra Mundial por Auguste Perret, un hito que la elevó a Patrimonio Mundial en 2005.
Gdansk (Polonia). Si la visitas te enamorarás de cada paso de su Ruta Real que vertebra todos grandes edificios de la ciudad, conociendo el paseo del muelle así como toda la herencia de su pasado mercantil. Y siempre con ese naranja en la retina, como si el ámbar que se obtiene del Mar Báltico quisiera tener su propia ciudad en la superficie.
Brno (República Checa). Es, por decirlo de algún modo, la Milán de República Checa. Es decir, esa urbe de apariencia segundona, eclipsada por la capital, condenada a lo práctico pero que se ha revuelto contra su destino
Plovdiv. Plovdiv destaca por sus refinadas casas del casco histórico, por su trazado medieval en el que asoman algunos restos de sus antiguas defensas y por sorprender con reliquias como su pintoresco anfiteatro romano.
Turku (Finlandia). Turku es Finlandia o, lo que es lo mismo, diseño, cultura contemporánea y una gastronomía que está despegando de la que todo el mundo hablará en unos años.
Por: Redacción Gestion.pe