Cinco futuristas ideas para reinventar los aviones de pasajeros
FOTOGALERÍA. Aunque el avance de la tecnología ha convertido los vuelos en accesibles y seguros, todavía queda un largo camino para convertirlos en agradables. Las compañías aéreas y de otros campos invierten trabajo y millones en proyectos de innovación, unos más realistas que otros. Aquí algunos de ellos.
Pantallas gigantes: La compañía francesa Thales acaba de presentar Digital Sky, un formato de entretenimiento a bordo con pantallas bastante más grandes que las ahora instaladas en el respaldar del asiento. Thales quiere usar todo el ancho del asiento para colocar una pantalla. El resultado es una pantalla más grande para ver películas y series en un mejor formato.
Según el fabricante, estas pantallas cuadradas, táctiles y de alta definición tendrían 21.3 pulgadas en la versión más económica. En ellas el pasajero no solo podría ver películas y series, sino que podría leer y, sin salir de la acción, comprobar la trayectoria del vuelo.
Ver las nubes sobre el avión. En vez de un techo cerrado y oscuro, ¿qué tal ver el cielo sobre el avión? Las nubes, las estrellas, o simplemente el azul del cielo. Quizá para los que sienten temor a las alturas, esta idea de Boeing no traerá nada bueno, pero será una bendición para los que sufren de claustrofobia.
Se trata de aprovechar el techo de los aviones para proyectar imágenes del cielo. También podría programarse para mostrar información sobre el destino al que va el vuelo o escenas de lugares interesantes para visitar. Y por la noche, las estrellas sobre las cabezas de los viajeros pueden ayudar a conciliar el sueño o simplemente a disfrutar del espectáculo.
El fin de la batalla por el reposabrazos. Soarigami es una sencilla pieza plegable que promete terminar con una de las guerras más habituales en un avión: la que dos pasajeros en asientos contiguos libran sin cuartel por dominar el reposabrazos.
Este invento es una solución basada en una pieza que se dobla y se monta, creando una barrera con dos espacios contiguos, uno para cada pasajero, de forma que ambos pueden apoyarse sin molestarse el uno al otro. Al aterrizar, el dueño la recoge y la guarda hasta el siguiente vuelo.
Asientos convertibles. Butterfly es el nombre que el estudio Paperclip Design Limited ha dado a su diseño para un asiento de avión, que se pliega y despliega con rapidez para convertirse en una plaza 'business' o turista en cuestión de segundos.
Los dos modos del asiento cambian según el billete que haya pagado cada pasajero. Vienen en bloques de dos, cuando van en la clase más económica, y uno de ellos se transforma cuando corresponden a la clase premium, convirtiéndose en una superficie horizontal que actúa como una pequeña 'suite', para tumbarse y disponer de más servicios de entretenimiento.
Silencio a bordo. Investigadores de la Universidad del Estado de Carolina del Norte y del Instituto Tecnológico de Massachusetts desarrollaron en 2015 una membrana que puede ser incorporada a la estructura de los aviones y que reduce significativamente el ruido de baja frecuencia que llega a la cabina.