Los Atardeceres más bonitos del mundo

FOTOGALERÍA. ¿Hay algo más bonito que ver un atardecer de película? Desde lastminute.com nos proponen nueve lugares alrededor del planeta donde disfrutar de los atardeceres más bonitos del mundo. ¿Preparamos las maletas? (texto y fotos: mns.com)

Santorini, Grecia. Santorini tiene fama de ser uno de los mejores lugares del mundo para ver el atardecer, y no es para menos. Las fachadas de las casas blancas se tiñen de diferentes tonos anaranjados a medida que el sol se va sumergiendo en el mar Egeo y la paleta de colores que se forma es impresionante. Para tener un sitio privilegiado en la colina y disfrutar del atardecer en todo su explendor, se recomienda ir temprano y hacerse en hueco entre turistas y locales.
Templo de Debod, Madrid. Madrid tiene muchas cosas que ofrecer, pero sin duda una de las más especiales es el Templo de Debod. Fue un regalo que Egipto le hizo a nuestro país y desde su traslado al pleno corazón de la ciudad se ha convertido en uno de los sitios favoritos de los madrileños –y no madrileños– para disfrutar de las puestas de sol. Además de las vistas, el templo también tiene un pequeño museo en su interior que cualquiera puede visitar de forma gratuita
San Juan de Gaztelugatxe, Bermeo. La isla de Gazletugatxe (Vizcaya) es uno de los lugares que mejor simbolizan la magia y las tradiciones del norte de España. La palabra en sí misma lo dice todo: proviene de dos términos en euskera, “gaztelu” (castillo) y “gaitz” (difícil o terrible), y literalmente significa “castillo peligroso”. Cuenta la leyenda que en la ermita, situada en el punto más alto de la isla, hay una campana ahuyenta los malos espíritus si se toca tres veces. Los 241 escalones que separan la costa de la capilla no son tarea fácil, pero merece
El Louvre, París. Todo el mundo piensa en el amor cuando hablamos de la ciudad de París; pero contemplar el atardecer desde el patio del museo Louvre, rodeado de algunas de las obras de arte más importantes del mundo, es elevar el romanticismo al cubo. Sólo hará falta observar el momento en el que el sol se esconde tras la pirámide de cristal para comprender por qué algunos se refieren a la capital francesa como “la ciudad de la luz”.
Ámsterdam. Para los que quieran sacar el máximo partido al día más largo del año, Ámsterdam es una buena opción. Después de haber caminado por sus calles y paseado en bicicleta, cuando el día llega a su fin se recomienda navegar por sus canales. Disfrutar del espectáculo que se forma en el cielo desde el agua, no tiene precio.
Gran Cañón, EEUU. El Gran Cañón ofrece una de las puestas de sol más impresionantes del planeta. Tanto es así que ya hay reservadas varias zonas a lo largo del río Colorado para que los visitantes puedan disfrutar del atardecer. A medida que el sol se pone, las sombras van cubriendo el paisaje y llega un momento en que el cielo y la tierra están tan unidos que es casi imposible delimitar dónde acaba uno y empieza el otro.
Playa de Pfeiffer, California. En el corazón del Big Sur, hay un camino estrecho sin señalizar que lleva a un lugar remoto y escondido: la playa de Pfeiffer. Este lugar de arenas violetas es muy popular entre los amantes del surf, pero además de por las olas, la playa destaca por la gigantesca formación rocosa que se eleva en su superficie. Tiene un agujero cuadrangular en el centro por el que, a modo de ventana, se cuelan los últimos rayos de sol. Probablemente sea una de las ‘ventanas’ con las mejores vistas del mundo.
Anchorage, Alaska. Para los aventureros que quieran pasar el día más largo del año haciendo deporte, Alaska es el destino. En esta época del año, aficionados al 'running' de todo el mundo se trasladan hasta Anchorage para correr la Midnight Sun Marathon. Pero si lo tuyo son las actividades acuáticas, también puedes recorrer el río en kayak y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor cuando cae el sol.
Islandia. La tierra de Hielo y Fuego tiene una atmósfera mística que transpira paz y magnificencia, sobre todo en verano. Durante estos meses la luz es blanca y casi perpetua llegando a durar las 24 horas del día, pero aunque parezca imposible, también hay puesta de sol. Se llama “puesta de sol de la medianoche”, y es un fenómeno natural que sólo se puede observar en zonas próximas al Círculo Polar Ártico durante los días más próximos al solsticio. De ahí que se haya convertido en la puesta de sol más exclusiva del mundo.

Por: Redacción Gestion.pe

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