Aprenda nueve cosas que no debe hacer en un bar, según Jim Meehan
FOTOGALERÍA. Jim Meehan, cofundador de PDT (Please Don’t Tell), el local de Manhattan que cristalizó la tendencia de los bares clandestinos y con eso ganó el premio al Mejor Bar del Mundo, tiene firmes ideas sobre cómo comportarse cuando se pide un coctel.
Jim Meehan, cofundador de PDT (Please Don’t Tell), el local de Manhattan que cristalizó la tendencia de los bares clandestinos y con eso ganó el premio al Mejor Bar del Mundo, tiene firmes ideas sobre cómo comportarse cuando se pide un coctel.
Preguntar al barman qué hay de bueno. En cualquier bar serio, el trabajo del barman es prepararle un trago según sus preferencias, no las de él. La mayoría responderá: “¿Qué le gustaría tomar?”
Seguir una dieta que no admite productos con azúcar agregada. Todo coctel que incluya cítricos o un ingrediente ácido, necesita un endulzante que lo equilibre. Si no quiere azúcar en su coctel, diga: “Los tragos me gustan bien secos”.
Usar su licor preferido. Si usted prefiere un Martini con Beefeater o un Manhattan con Wild Turkey, no tiene más que pedirlo. Pero los cocteles “de la casa” contienen ingredientes que el barman específicamente escogió para su creación.
Devolver tragos medio vacíos. Usted tiene todo el derecho a disfrutar de su coctel. Si este presenta alguna falla que arruine su experiencia, debería pedir que se lo reemplacen. Apenas haya probado el trago y haciendo contacto visual con el camarero o barman cuando están cerca.
Despreciar a quien lo atiende. Nada es más humillante para quienes se enorgullecen de su trabajo que suponer que no conocen el producto con el que trabajan.
Dejar una propina de US$1 por copa, en el caso de EE.UU. La propina es una cuestión personal, pero el esfuerzo de preparación vale mucho más que la botella de Stella que alguien abrió en su bar local. La mayoría de los clientes dejan una propina del 20% por los cocteles especiales.
Sentir culpa al pedir un coctel. Si quiere tomar una bebida alcohólica pero no ve nada que le guste en el menú, no se sienta mal al pedir un clásico que no esté en él, como un Negroni o un Daiquiri o un Manhattan.
Quedarse más tiempo de lo debido. En especial en las ciudades de altos alquileres como Nueva York o Londres, su asiento en un bar o restaurante popular tiene altos costos generales.
Ser un tipo molesto. Si se pregunta si ha bebido demasiado, probablemente lo haya hecho. Muchos estados hacen legalmente responsables al bar y al barman por la seguridad de sus clientes después que salen del bar.