A los 78 años, exejecutivo aún voltea hamburguesas por menos de US$ 8 la hora
“La inactividad me vuelve loco”, dijo Tom Palome, un exejecutivo de marketing de 78 años de edad que trabaja como cocinero de comida rápida y camarero para llegar a fin de mes.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg) Hace un año, Bloomberg News retrató la odisea de Palome a través del mundo laboral de los estadounidenses mayores de edad que no han ahorrado lo suficiente para jubilarse cómodamente.
Cuando se desató la historia, “tuve 15 horas de fama” que incluían charlas pagas y changas de consultoría, dijo Palome. Luego, el entusiasmo se disipó y Palome volvió a su vida regular de trabajo y a la presión financiera de los ahorros limitados.
Siguiendo la historia de Bloomberg, publicada en setiembre de 2013 y reimpresa por periódicos y sitios web como The Washington Post y Yahoo! Finance, desconocidos detuvieron a Palome en la calle, preguntando, “¿no eres tú el hombre de las hamburguesas?” (“Sí, soy yo el hombre de las hamburguesas”, respondería Palome con orgullo). Muchos otros lo persiguieron hasta el trabajo para estrechar su mano, sólo para “asegurarse de que realmente existía”, dijo.
Durante un tiempo, parecía que Palome iba camino a convertirse en un gurú para las personas de 70 años o más sobre la vida, el trabajo y la planificación financiera para aquellos que no poseen lo suficiente como para jubilarse, un segmento grande y creciente de estadounidenses de avanzada edad.
Palome, que en el apogeo de su carrera fue vicepresidente de marketing de Oral-B, recibió llamadas y correos electrónicos de reclutadores con propuestas de trabajo, invitaciones para hablar en conferencias de negocios y propuestas de asesores de inversión. En enero, el Mutual Fund Store, una compañía de gestión de inversiones, le pidió a Palome que hablara en su reunión de ventas en Nueva Orleans, con los gastos pagos y un plus de US$ 1,000.
Ingreso suplementario
Para las personas mayores que trabajan, en la carrera contra el reloj, el reloj va a ganar finalmente. En el último año, Palome, un deportista ávido, tuvo que lidiar con el dolor crónico de rodilla que lo mantuvo fuera del trabajo durante dos meses antes de que finalmente se sometiera a una cirugía. Palome se recuperó, pero no del todo. Regresó a su trabajo en una parrilla en el campo de golf municipal, aunque Palome renunció a un segundo trabajo a tiempo parcial, como demostrador de comida en Sam’s Club, en un suburbio de Tampa.
El ingreso complementa los US$ 1,200 mensuales que recibe de la Seguridad Social, más US$ 600 de la pensión de su último trabajo en una empresa, lo que le permite pagar los billetes de avión para visitar a sus hijos y a sus dos nietos, las reparaciones del hogar y otros extras.
Palome necesita el dinero. También ayuda que le encanta estar rodeado de jugadores de golf.
“Yo hablo su idioma porque yo mismo soy un jugador de golf”, dijo. “Puedo preguntar cosas como ‘¿cómo está tu primera línea hoy?’”.
Él le dice a las personas mayores que lo llaman o le envían correos electrónicos en busca de asesoramiento porque carecen de pensiones y ahorros suficientes que utilicen la experiencia y las habilidades que ya tienen y sean positivos, incluso si el trabajo paga menos de lo que alguna vez ganaron.
Extrovertido y rápido para reír, Palome no se cansa de las bromas amistosas y prospera sirviendo en un doble papel como asesor de carrera y terapeuta.
“No importa lo que hagas, siempre y cuando disfrutes haciéndolo. De lo contrario, lo harás mal”, dijo. “Tengo la intención de trabajar hasta que no pueda caminar. Sigo siendo el hombre de las hamburguesas”.