Los 20 mayores errores que cometen los viajeros

FOTOGALERÍA. Salir de vacaciones es una aventura agradable, pero puede convertirse en una pesadilla debido a algunos pasos en falso. Para evitar que eches a perder tu momento de evasión, he aquí algunos errores a evitar.

No informarte de las costumbres del lugar antes de salir. Antes de partir hacia otro continente, se sugiere hacer los deberes e informarse sobre las tradiciones y costumbres del lugar. En varios países europeos, se aconseja cubrirse adecuadamente para visitar monumentos religiosos e incluso algunas tiendas de alto nivel. Además, algunas palabras y gestos no tienen el mismo significado en el extranjero, y podrían hacerte pasar por una persona despectiva, además de llevarte a situaciones incómodas.
Sobrecargar la maleta. Cuando llega la hora de preparar la maleta, es mejor llevar solo la ropa esencial. Como siempre es probable que queramos traernos algunos recuerdos, es importante no monopolizar todo el espacio con ropa que probablemente no conseguiremos usar. Prepara tus conjuntos con antelación y escoge piezas clave, que puedas ponerte más de una vez. Limita los zapatos a dos pares. En caso de necesidad, seguro que podrás lavar la ropa en tu destino.
Fiarse de las previsiones meteorológicas. No está mal querer saber qué tiempo hará durante tu estancia, pero es muy probable que las condiciones hayan cambiado a tu llegada. No te bases en el pronóstico de tiempo para planificar tu itinerario de viaje y la ropa a llevar. Sé espabilado y planea varias opciones, para evitar que tu viaje acabe estropeado por el mal tiempo. ¡No hay nada más triste que un turista atrapado en un aguacero en ropa de playa!
Tratar de vivir como en casa. El propósito principal de viajar es explorar nuevas culturas y modos de vida en un país extranjero. Esto significa que no debes tratar de reproducir tus hábitos al pie de la letra durante el viaje. En vez de optar por la misma comida de casa, atrévete a probar las especialidades locales y no dudes en pedirles consejo a los camareros cuando vayas a los restaurantes. Sabrán aconsejarte sobre platos típicos, que volverán tu experiencia todavía más agradable.
No despegarse del celular. Al viajar, es aconsejable salir de lo cotidiano y, sobre todo, levantar la nariz del celular. Nada es más dañino que dejar que los momentos mágicos se empañen por un correo electrónico desagradable o por malas noticias del trabajo. Con excepción de tomar algunas fotos y hacer alguna llamada de emergencia, tu celular no debería salir del fondo de tu bolso o bolsillo, para que puedas disfrutar plenamente de tus vacaciones.
Fiarse de un sitio de reservas en línea sin hacer una investigación propia. Existen muchos sitios web con el objetivo de facilitar nuestras reservas de hoteles en línea. Como reúnen varias ofertas tentadoras, a veces es fácil dejarse tentar por este tipo de procedimiento. Aunque, afortunadamente, la mayoría son honestos, algunos sitios cumplen más bien la función de engañar a los futuros viajeros. En efecto, algunos ni siquiera se molestan en ir a los lugares para validar la calidad de los establecimientos que sugieren. En vez de eso, piensan apenas en la comisión que van a embolsarse.
Renovar el pasaporte en el último minuto. Se trata, probablemente, de uno de los errores más frecuentes. El hecho de olvidarse de validar la fecha de caducidad del pasaporte puede conllevar varias complicaciones. En efecto, la mayoría de los destinos requieren que se valide el pasaporte y que este sea válido durante un mínimo de seis meses para autorizar el viaje. Haz de esta etapa tu prioridad y visita los sitios web del Gobierno para realizar las verificaciones necesarias.
Olvidarse de llamar al banco. Nada es más molesto que intentar hacer una transacción en el extranjero con tu tarjeta de crédito o de débito, y verla denegada. Para evitar que tu banco bloquee tu tarjeta como medida preventiva, no te olvides de avisarles de tus desplazamientos antes de partir. Muchas organizaciones financieras ofrecen, además, la opción de aviso de viaje en línea, con lo que eso no te llevará más que unos pocos minutos.
No pensar en los adaptadores de los enchufes eléctricos. Cuando se planea visitar un país extranjero, especialmente en Europa, es importante informarse del tipo de enchufe del lugar visitado. De lo contrario, te arriesgas a no poder utilizar tus aparatos electrónicos o incluso a dañarlos. Para los aparatos más grandes, tales como secadores de pelo y máquinas de afeitar, se sugiere que comprar también un convertidor, que te permitirá ajustar la potencia, evitando así una sobrecarga eléctrica.
Llegar al aeropuerto en el último minuto. Es recomendable llegar entre dos y tres horas antes de la partida del vuelo. Entre el trayecto, a menudo largo, hasta el aeropuerto, la facturación de los equipajes y el tiempo de espera antes de pasar el control de seguridad, el tiempo pasa volando. Para evitar subir al avión por los pelos, es mejor darse un margen de acción mayor. Si, por casualidad, consigues pasar rápidamente por todas estas etapas, aprovecha para hacer algunas compras en las tiendas libres de impuestos.
No reservar el hotel con antelación. Organizar un viaje en un arrebato a veces puede producir la ilusión de que será una aventura emocionante. Solo que, cuando caiga la noche y la fatiga se haga sentir en el cuerpo, es mejor que hayas planificado de antemano dónde pasar la noche. Siempre puedes esperar que, por casualidad, se quede libre un cuarto en cualquier lugar de un hotel, pero, a final de cuentas, te arriesgas a pasar la noche en un banco del parque o bajo las estrellas.
Olvidarse de contratar un seguro de viaje. Muchos viajeros optan por saltarse esta etapa para ahorrarse un poco de dinero. Sin embargo, un seguro de viaje es una protección importante, que permite salir rápidamente de una situación problemática, en caso de enfermedad o de lesiones graves. De hecho, muchos países no ofrecen el mismo tipo de régimen de salud y te arriesgas a enfrentarte a un cargo financiero importante si decides ir sin seguro.
No sacarle fotocopias al pasaporte y a otros documentos importantes. Siempre es recomendable sacarles fotocopias a los documentos importantes, para llevarlas contigo. Se trata sobre todo de tu pasaporte, de tu itinerario de viaje y de tu reserva de hotel, así como fotocopias de tus tarjetas de crédito. De este modo, si te roban los originales durante una excursión o alguien allana tu habitación del hotel, siempre tendrás una prueba de los documentos necesarios, que te permitirán regresar a tu país sin obstáculos.
Acostarse nada más llegar al destino. En un país con un huso horario diferente, la fatiga se hace sentir rápidamente el día de la llegada. Sin embargo, hay que resistir a la tentación de echarse a dormir nada más llegar a la habitación. Esto no solo te impedirá adaptarte con rapidez a la hora local, sino que te arriesgas a alargar tu período de adaptación. Haz un poco de ejercicio, asegúrate de estar bien hidratado y toma tus comidas a la hora local para habituar tu cuerpo.
No contratar un plan telefónico adaptado. No viajes sin antes haber modificado tu plan telefónico en función del país visitado, bajo el riesgo de recibir una factura elevada. Incluso aunque sea probable que no lleves el celular en manos durante el viaje, puede ser que tengas que utilizarlo para hacer una llamada de emergencia o darles noticias a tus seres queridos. Si decides usar tu teléfono móvil solo para tomar fotos, acuérdate de desconectar los datos del teléfono o de ponerlo en el modo avión.
Negarse a preguntar por el camino. No todos los vecinos del lugar visitado ven a los turistas como a gente que es mejor ignorar. Si te pierdes en medio de la exploración de una ciudad nueva, no dudes en preguntarles por el camino a los habitantes del lugar. La gente estará dispuesta a ayudarte la mayor parte del tiempo, y te evitarás muchas horas de frustración dando vueltas en busca de tu destino. Pero evita molestarlos si están hablando por teléfono o parecen tener prisa.
No poner los productos líquidos en bolsas de plástico. Si bien está prohibido subir a un avión con botellas que contengan una cantidad de líquido superior a 100 ml, también se requiere llevar los recipientes permitidos en bolsas selladas transparentes. No hay manera de escapar, pues los agentes de seguridad no te permitirán dejar el control y llevarte los productos si no sigues esta regla. Así que tómate unos minutos para preparar todo y asegúrate de viajar con tus productos favoritos.
Llevar objetos metálicos en el equipaje de mano. No es probable que te vaya bien en el control de seguridad si decides guardar objetos metálicos en el equipaje de mano. No solo te arriesgas a que se dispare el detector de metales, sino que seguramente serán confiscados si se trata de objetos contundentes. Así que deja las la pinzas y el rizador de pestañas en el neceser, dentro de la maleta, y evita así pasar por un momento incómodo con los agentes de seguridad del aeropuerto.
Cambiar dinero en el aeropuerto. Seguro que pagarás una tarifa elevada si decides cambiar tu dinero una vez que ya estés en el aeropuerto; además de perder tiempo en el sitio. En su lugar, aprovecha las tarifas ofrecidas en especial para los clientes de tu institución financiera y aprovecha al máximo la cuantía que has decidido invertir. Haz lo mismo en tu viaje de regreso. Esto te permitirá depositar directamente la cantidad restante en tu cuenta bancaria.
No incluir un buen calzado para caminar. Cuando uno se propone descubrir una ciudad extranjera, tratará de hacer todo a pie para explorar la mayor cantidad posible de lugares. Tener un buen calzado, adecuado para largas distancias, en este caso es indispensable para evitar acabar con los pies fritos al final del día. Reserva los zapatos de tacón alto para las idas más elegantes a los restaurantes y guarda en el bolso un par de zapatillas de ballet plegables, por si los imprevistos.

Por: Redacción Gestion.pe