10 récords inolvidables de los Juegos Olímpicos

FOTOGALERÍA. Mientras la magia del verano se acerca dispuesta a invadirnos y nos preparamos para vivir con intensidad los juegos de Rio de Janeiro 2016, recordamos algunas de las marcas más sorprendentes de todos los tiempos. Los súper héroes del deporte que superaron los límites humanos.

El 10 de la perfección. El 18 de junio de 1976, la perfección tuvo por primera vez rostro y nombre cuando Nadia Comaneci se elevó majestuosa para conseguir lo que hasta ese momento parecía imposible. Durante los Juegos Olímpicos celebrados en Montreal, la rumana sorprendió al mundo entero al lograr la primera calificación perfecta en gimnasia: 10 puntos, durante su rutina inicial en las barras asimétricas. Nadia consiguió siete calificaciones perfectas durante aquella justa deportiva y dos más en Moscú 1980, lo que la convierte en la gimnasta con más “diez” en la historia.
Los 9.63 segundos más rápidos sobre la pista. El corredor jamaiquino Usain Bolt incendió la pista del estado Olímpico de Londres en 2012 al cronometrar 9.63 segundos en la prueba de los 100 metros, un récord que luce imbatible, excepto para el propio Bolt quien en 2009 estableció una marca de 9.58 segundos en el Mundial de Berlín. Usain también posee el récord Olímpico en la prueba de los 200 metros con 19.30 segundos y en la prueba de relevos de 4×100 metros junto a sus compatriotas Nesta Carter, Michael Frater y Yohan Blake, luego de que sumaran un tiempo de 36.84 segundos.
Un gran salto de 8.90 metros para la humanidad. El atleta estadounidense Bob Beamon impresionó al público mexicano cuando en los Juegos Olímpicos de 1968 impuso el récord de 8.90 metros en la prueba de Salto de Longitud, consiguiendo que tal hazaña recibiera el título de “El salto del siglo”. Una de las cosas más impresionantes del récord establecido por Beamon es que consiguió mejorar la marca anterior por 55 cm y, sobre todo, que su marca se ha mantenido por 48 años, convirtiéndose en la marca olímpica vigente más antigua.
¿Siete medallas de oro? Una más, por favor. El nadador estadounidense Michael Phelps será recordado como uno de los mejores deportistas de la historia y, sobre todo, como uno de los más dominantes, luego de que en los Juegos Olímpicos de Beijíng 2008 logró colgarse ocho medallas doradas, superando el récord de su compatriota Mark Spitz, quien en 1972 había alcanzado siete preseas.
¿Correr descalzo? Algo común en 1960. Existen casos de éxito con un trasfondo conmovedor, como el del corredor etíope Abebe Bikila, quien ingresó de último momento al equipo de marcha de su país natal que participaría en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, luego de la lesión de uno de sus integrantes. Los zapatos deportivos que el patrocinador de los juegos le proporcionó no le resultaron cómodos, por lo que Bikila decidió correr como se había entrenado gran parte de su vida: descalzo. ¿El resultado? La medalla de oro en la prueba de Maratón y el récord Mundial y Olímpico con marca de 2 horas 15 minutos y 16 segundos. Cuatro años más tarde participó en los Juegos de Tokio 1964 y volvió a ganar la presea dorada e imponer una nueva marca (2 horas 12 minutos y 11 segundos). Su récord fue superado años después, sin embargo, el haber corrido descalzo ha dejado una huella que se mantendrá por siempre como un testimonio de tenacidad y valentía.
A 5.05 metros del cielo. La atleta rusa Yelena Isinbáyeba ha deslumbrado al mundo por su belleza, pero sobre todo por su extraordinaria capacidad atlética. Durante los Juegos Olímpicos de Beijíng 2008 estableció uno de los récords olímpicos más espectaculares, al alcanzar los 5.05 metros en la prueba de Salto con Garrocha. Solamente otra atleta ha logrado superar la marca de los cinco metros, la estadounidense Jennifer Suhr, quien en 2013 consiguió “volar” hasta los 5.02 metros. La misma Isinbáyeba superó su marca olímpica en 2009, cuando alcanzó en una prueba los 5.06 metros.
1 minuto 40 segundos 91 centésimas de orgullo para África. La prueba de los 800 metros es una de las competencias más desgastantes y demandantes. Durante la final para varones en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el keniano David Rudisha consiguió la medalla de oro al cronometrar 1 minuto 40 segundos y 91 centésimas, que significó no solo un récord olímpico, sino también una nueva marca mundial. Lo realizado por Rudisha le ganó el apodo de “El orgullo de África”.
Tres hurras para la mejor gimnasta. Larisa Latynina necesitó tres participaciones en Juegos Olímpicos: Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964, para convertirse en la mujer con más medallas en la historia de las Olimpiadas, al sumar 18 en total: nueve de oro, cinco de plata y cuatro de bronce.
Florence Griffith: Dos récords para ser la más veloz. La carrera de la velocista Florence Griffith siempre estuvo acompañada por un velo de glamour que la convirtió en una de las atletas más populares de la historia. Sin embargo, los logros obtenidos sobre la pista sobrepasan por mucho a su imagen. En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 se convirtió en la mujer más veloz del planeta al imponer dos récords olímpicos, primero en los 100 metros con un tiempo de 10.54 segundos y posteriormente en los 200 metros al cronometrar 21.34 segundos.
El número 1 de la toda la historia. Quizá el récord más sorprendente y difícil de igualar es el conseguido por el nadador Michael Phelps, quien suma un total de 22 medallas olímpicas (18 de oro, 2 de plata y 2 de bronce), luego de participar en las justas de Atenas 2004, Beijíng 2008 y Londres 2012. De esta manera, el estadounidense se convirtió en el deportista más grande que ha participado en Juegos Olímpicos y el más ganador de la historia.

Por: Redacción Gestion.pe