¿Qué hacer con mis viejas fotos?
Escanear las viejas fotos puede llevar muchísimo tiempo, advierte Michael Wolf, de la fundación Stiftung Warentest, Sin embargo, ¿a partir de qué cantidad vale la pena gastar dinero acudiendo a un profesional? Aquí le damos algunos tips al respecto.
Por: Redacción Gestion.pe
(DPA).- Se llenan de polvo en viejas cajas de zapatos guardadas en el desván o en álbumes en la estantería de libros: en la era digital, las fotos en papel y las diapositivas muchas veces llevan una vida solitaria. Pero quien quiere digitalizar sus viejas fotos se enfrenta a un dilema: ¿Hacerlo usted mismo o mandarlas escanear?
“Escanear puede llevar muchísimo tiempo”, advierte Michael Wolf, de la fundación Stiftung Warentest, una asociación alemana para la defensa de los consumidores. Sin embargo, ¿a partir de qué cantidad vale la pena gastar dinero acudiendo a un profesional?
“Escanear entre 20 y 50 fotos o diapositivas se puede hacer perfectamente bien en casa”, opina Constanze Clauß, portavoz de la Asociación de la Industria Fotográfica de Alemania. Sin embargo, quien quiera digitalizar todo su archivo necesita la ayuda de terceros o disponer de muchísimo tiempo.
Ella recomienda preguntar si se ofrecen descuentos por volumen cuando se quiere digitalizar una gran cantidad de fotos o diapositivas. El servicio también debería incluir la eliminación de polvo. Muchos ofertantes manejan precios en función de la resolución, dice Wolf. Y algunos cobran además la grabación en DVD.
Si solo se trata de algunas copias, se puede intentar hacerlo primero en casa con un escáner multifunción, dice Wolf. Para cantidades más grandes existen diferentes escáners especiales: o bien escáneres planos, que leen las fotos o diapositivas colocadas en una placa de vidrio, o escáneres para diapositivas, en los que se pasan con la mano por el aparato, con un manguito especial, las diapositivas enmarcadas o tiras de película (también negativos).
Algunos aparatos caros permiten meter bandejas completas de diapositivas.
Los multicopistas o las apps de escaneo para el smartphone simplemente fotografían los originales. Así se ahorra tiempo: “Todos los procedimientos basados en la fotografía son rápidos”, explica Wolf. Sin embargo, raras veces se puede lograr así una alta calidad de escaneo, y esto vale especialmente para las cámaras de smartphones.
Quien no tiene diapositivas debe decidir si escanea los negativos o las fotos en papel. El tamaño de la impresión es determinante: “Las copias en blanco y negro de los viejos álbumes de fotos a veces son muy pequeñas, por lo que siempre debe usarse el negativo”, recomienda la fotógrafa Clauß.
En cambio, cuando las copias son más grandes, es importante verificar si la foto presenta distorsiones de color. Y entonces, uno se encuentra ante la siguiente disyuntiva: ¿El escaneado debe estar cerca del original o intento lograr colores lo más naturales posibles mediante la edición de imágenes?
Por cuanto que una mayor capacidad de almacenamiento apenas hace aumentar los costes hoy en día, Clauß recomienda elegir siempre la resolución más alta, aun cuando esto traiga consigo cierta lentitud.
Wolf no lo ve exactamente igual: en su opinión, quien solo quiere enviar las imágenes o colgarlas en redes sociales puede sin problema elegir una resolución menor.
Wolf tampoco está de acuerdo con el argumento de que la capacidad de almacenamiento ya no cuesta nada: “Mucha gente también almacena en Cloud, donde muchas veces hay que pagar por la cantidad de gigabytes”.
En cambio, archivar las imágenes en un disco duro externo no tiene mucho sentido si las dos cosas están en el mismo lugar. En tal caso, los usuarios no solo tendrían un problema si hay un incendio o se producen daños causados por agua: “A los ladrones también les gusta robar discos duros”, advierte Clauß. Ella también desaconseja el uso de discos DVD por su escasa capacidad de almacenamiento.
¿Y qué pasa con los originales? “Desde luego, todo depende de la importancia que uno dé al original”, dice Wolf. “Las fotos viejas en papel tienen algo mágico, a diferencia de los bits y bytes impersonales”.
Wolf no descarta que en el futuro la tecnología de escaneo sea capaz de producir resultados que hoy solo se pueden lograr con un gran despliegue técnico. También Clauß recomienda guardar los originales, porque la vida de los medios de almacenamiento no es eterna.
¿Y qué hacer si solo quiero escanear la colección de diapositivas una sola vez y después ya no necesito nunca más usar un escáner? Los aparatos en los que se pueden introducir bandejas completas de diapositivas cuestan nuevos bastante más que 1,000 euros.
Lo mejor es alquilar un escáner a una empresa pequeña que ceda esos aparatos localmente o los envíe por correo. Los precios de alquilar un escáner varían según la empresa y generalmente arrancan desde una tarifa básica de unos 70 euros (86 dólares) diarios y entre cinco y nueve euros por cada día adicional.