En la cárcel de tu piel los biochips son más hackeables

Cuando el cuerpo lleve información como nuestra clave bancaria , cruzar un semáforo o estrechar una mano serán las formas de robo del futuro.

En todo sentido. En un futuro nuestro cuerpo recibirá y transmitirá información al mismo tiempo.

Por: Diana Mujica Maguiña

Basta ser un conocedor bisoño del cine de ciencia ficción para recordar películas emblema del género: “Blade Runner”, “2001: odisea del espacio”, “Brazil” o “Minority Report”, que pintaban escenarios futuristas donde los autos volaban, las máquinas se volvían peligrosamente inteligentes y el cuerpo era un transmisor y receptor de información.

Aunque el avance de la tecnología nos ha vuelto menos inocentes frente a esta parafernalia, lo cierto es que la ficción ha empezado a oler a realidad.

Piel que cuenta
Según el diario Expansión de España, la evolución natural de la ‘Internet de las cosas’ es llegar a nuestro propio cuerpo. Si ya hemos conectado el celular, las tabletas, los autos, los lentes y hasta las casas, no existe una razón para no sumar la anatomía a la conectividad.

La tecnología NFC (comunicación de campo cercano) puede albergar información y ponerla a disposición de los que estén en el alcance del dispositivo.

Según Dmitry Bestuzhev, director de investigación y análisis de Kaspersky Lab para América Latina, los dispositivos biotérmicos ya existen y ya están en el cuerpo humano. “Hay gente con marcapasos, la industria de la salud lleva buen tiempo haciendo esto”.

Pero, por supuesto, ya hay pioneros que han llevado esto al terreno de la curiosidad: en los países nórdicos ya existen seres humanos con chips implantados bajo la piel que en este momento sirven para abrir puertas y acceder a celulares y cuentas de banco sin contraseñas.

Implicancias
Los chips dérmicos podrían empezar a albergar pequeñas cantidades de información como por ejemplo frases de saludo. Es decir, si un celular compatible con NFC está en el alcance del chip dérmico, podría recibir un “Hola, me llamo X” desde el dispositivo.

“Y desde ese momento, ya se puede todo. Pasaremos de almacenar información a recibirla a través de publicidad, por ejemplo”, detalla Bestuzhev.

Seguridad
Pero si el hackeo no ha tenido problema en migrar del desktop a lo móvil a la hora de robar información , por qué el cuerpo sería un bastión más complicado.

De acuerdo al vocero de Kaspersky, los cibercriminales no la tendrán difícil.
“El celular se apaga, las contraseñas se cambian, pero el cuerpo no descansa nunca, el chip siempre estará en ‘on’ con toda su información”.

Eso significa, según Kaspersky, que cruzar un semáforo alterado con un equipo de hackeo o estrechar una mano con un chip clonador pueden significar el robo del futuro.

“Aún es pronto para crear estrategias, pero sí debemos investigar mucho para no llegar tarde a este escenario tan pesimista”.

Y es que Bestuzhev cree que la adopción será progresiva y se hará masiva en los próximos cinco años.

“Le cobrarán menos a la gente por sus seguros de salud si aceptan usar el chip dérmico”.

Las claves
Socios. Kaspersky Lab tiene una alianza con la comunidad sueca de biohackers BioNyfiken para investigar las implicancias de conectar nuestros cuerpos a Internet.

Barato. Según Dmitry Bestuzhev, en ciudades como Miami ya hay peajes automáticos que no aceptan efectivo. “Si no llevas un smartphone compatible te mandan la cuenta a la casa y te cobran el doble”.