El proteccionismo es algo más que una declaración política
A escasas horas de la elección presidencial en Francia, el columnista de Bloomberg Mark Grant analiza el futuro de una Unión Europea que “se está desintegrando”.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg).- Si las únicas flechas de su aljaba fueran los análisis fundamental y técnico, entonces usted podría mirar hacia Europa y ver una oportunidad. Muchos inversores, al parecer, carecen de otros medios de investigación y han llegado a la conclusión de que Europa es un buen lugar para invertir. Son miopes y no consideran “acontecimientos” europeos pendientes que la convierten en un lugar muy arriesgado para poner dinero ahora.
Las elecciones francesas comienzan el 23 de abril con 11 candidatos a la presidencia. Sin embargo, solo hay cuatro que importan: el independiente Emmanuel Macron, el republicano de centroderecha François Fillon, el contendiente con respaldo comunista Jean-Luc Mélenchon y la candidata de extrema derecha del Frente Nacional, Marine Le Pen. La idea prevaleciente es que Le Pen llegará a la segunda vuelta del 7 de mayo, pero será derrotada por alguno de los candidatos de centro.
Yo no apostaría a eso.
El candidato en alza en este momento es Mélenchon, que tiene una gran similitud con Bernie Sanders. Quiere salir de muchos programas de la Unión Europea, entre ellos el mecanismo de estabilidad que limita la capacidad de un país para tomar préstamos. Y ha propuesto la “desobediencia universal” a muchas regulaciones de la UE.
No es que quiera salir de la UE sino que desea reformarla, lo que significa que Francia estará mal sincronizada con Alemania y el resto de los países del norte de Europa. Quiere, por ejemplo, elevar la tasa impositiva máxima individual a 90%, nacionalizar muchas de las corporaciones francesas y gastar de inmediato 100,000 millones de euros (US$ 107,600 millones) en nuevos programas sociales.
El “escenario de desastre” para Francia es que los dos candidatos de la segunda vuelta del 7 de mayo sean Mélenchon y Le Pen. Cualquiera de ellos sometería a la UE a una presión mucho mayor de la que puede soportar, tanto política como económicamente, y el resultado de que cualquiera de estos dos candidatos se convierta en presidente de Francia sería el caos europeo. De una u otra forma: “Vive la révolution”.
En Italia, los bancos, según el Banco Central Europeo, cargan con US$ 385,000 millones de préstamos morosos, un tercio del total de la Eurozona. Tres bancos de Italia, entre ellos Monte dei Paschi, el banco más antiguo del mundo, tienen dificultades para sobrevivir y el gobierno está trabado en una batalla con la UE y el BCE por el tema de la reestructuración de esas instituciones.
Italia ha armado varios fondos de bancos tóxicos, pero son totalmente inadecuados para enfrentar las pérdidas reales que se han registrado. Mi opinión sobre todo el sistema bancario italiano es que está “quebrado”. La situación es una bomba de tiempo y puede explotar en cualquier momento dada la precaria posición del resultado, para tenedores tanto de acciones como de bonos, en el marco de las reglas de la UE.
La UE podría flexibilizar sus reglas una vez más y tratar de estabilizar la situación política en Italia pero, aun así, el Movimiento 5 Estrellas, que quiere salir de la UE, probablemente siga a la cabeza en las encuestas. Además, no hará nada para impedir una crisis de la banca mayorista que no está muy lejos en el horizonte temporal.
Una vez más, Grecia es otra crisis en incubación, ya que el país debe hacer un pago de deuda de US$ 7,000 millones en julio y no tiene a mano nada cercano a ese monto para realizarlo. La cifra oficial del coeficiente deuda-PIB es de 183%, según datos de la UE, pero se trata de un número absurdo. El BCE les presta dinero a los bancos griegos y los bancos le prestan dinero al país. Este es el epicentro del distorsionado esquema.
Si se toma la deuda pública total y se le añade la deuda de los bancos griegos, la ratio total deuda a PBI es de 302%, sobre la base de mis cálculos. Otra bomba de tiempo, porque el Fondo Monetario Internacional no le prestará más dinero a Grecia, en mi opinión, dado que el representante de Estados Unidos ante el FMI ahora reporta al gobierno de Trump.
No es el tamaño del país lo que importa, sino el tamaño de la deuda, y una carga de deuda pública y bancaria de US$ 560,000 millones no es una cifra pequeña. Como en muchos países europeos es casi imposible perdonar la deuda, dadas las limitaciones políticas, el punto de inflexión finalmente podría estar llegando. Esto significa que Grecia dejaría la UE, de un modo u otro, y lo haría cayendo en default de sus deudas.
Uno puede tener la opinión que más le guste respecto de estas situaciones. Puede adherir a la teoría de “salir del paso” o a la teoría de “patear las cosas para adelante”, pero lo que no se puede hacer es simular que la UE no enfrenta riesgos significativos. Tenemos estas tres “situaciones de riesgo” que vienen avanzando y también el Brexit está en marcha, y es mi opinión que la UE se está desintegrando.
Muchas grandes instituciones financieras miran horrorizadas el mercado de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Casi todos los bancos de primer nivel han pronosticado un retorno al rendimiento de 3.00% para el bono de referencia a 10 años y se han equivocado –nuevamente--. De hecho, esta es probablemente la mayor “operación financiera dolorosa” en lo que va del año.
Mucha gente responsabiliza al “ajuste corto” de la reciente caída del rendimiento de los bonos del Tesoro. Esto es solo parte del motivo. La otra parte es el flujo de capital, que sale de Europa y entra a Estados Unidos. El “proteccionismo” es algo más que una declaración política.
Los gestores de fondos asiáticos están saliendo de Europa y los gestores de fondos europeos están saliendo de Europa y la relativa seguridad de los mercados de bonos de Estados Unidos brinda un refugio del riesgo europeo. Esta es una estrategia sólida, en mi opinión. “Comprar activos estadounidenses. Vender activos estadounidenses y operar activos estadounidenses”. ¡Ahí es donde quiero estar en este momento!
Por Mark Grant
Esta columna no refleja necesariamente la opinión de la junta editorial ni la de Bloomberg LP y sus dueños.