Presidente de Brasil no piensa renunciar pese a escándalos de Petrobras y Odebrecht

“¿Si voy a renunciar? Confieso que no he pensado en eso”, dijo entre risas el mandatario durante un desayuno de fin de año con periodistas en el Palacio de Alvorada.

Por: Redacción Gestion.pe

Brasilia (AFP).- El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó este jueves que no piensa en renunciar, pese a que su nombre aparece mencionado en el escándalo de corrupción de Petrobras y su partido es sospechoso de financiarse ilegalmente.

“¿Si voy a renunciar? Confieso que no he pensado en eso”, dijo entre risas el mandatario durante un desayuno de fin de año con periodistas en el Palacio de Alvorada, residencia oficial de la Presidencia en Brasilia.

Un exejecutivo de la constructora Odebrecht declaró recientemente a la fiscalía que legisladores del partido de centroderecha PMDB, al que pertenece Temer, recibían sumas astronómicas para ganar licitaciones en Petrobras y para obtener la aprobación de leyes y decretos favorables para la empresa, de acuerdo con el testimonio publicado por medios locales.

El propio Temer fue acusado de pedir en 2014 diez millones de reales (4,2 millones de dólares al cambio medio de ese año) para financiar campañas electorales, algo que el mandatario niega tajantemente.

En Brasil, “si un delator menciona el nombre de alguien, éste pasa a ser definitivamente condenado”, cuando en realidad es preciso un largo proceso para investigar los hechos denunciados, se defendió Temer ante decenas de periodistas.

Luego de las filtraciones, el mandatario envió una carta pública al fiscal general de la nación pidiendo “celeridad” en las investigaciones y que salgan a la luz de una vez todas las delaciones, que a su juicio son una “interferencia” para su gobierno.

“No tengo nada contra la (operación) Lava Jato”, la investigación sobre el caso Petrobras-, pero la filtración constante de delaciones “crea un clima de inestabilidad”, admitió Temer.

Temer asumió el cargo este año tras el impeachment de la izquierdista Dilma Rousseff, de quien era vicepresidente.

Temer enfrenta además la posibilidad de que las elecciones de 2014 en las que fue electo como vicepresidente de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, destituida este año sean anuladas por la justicia electoral, que investiga si hubo financiación ilegal de la campaña.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) espera concluir la investigación de las cuentas de la campaña en el primer semestre de 2017.

Temer afirmó que presentará recursos contra una eventual decisión de la justicia que pueda anular la elección.

Cuando la decisión sea definitiva, “la acataré”, zanjó.

Según la Constitución brasileña, si el cargo de presidente queda vacante en los últimos dos años del mandato en este caso 2017 y 2018, el sucesor será escogido por el Congreso.

En medio de una severa recesión económica, Temer cuenta con el apoyo de apenas el 10% de los brasileños, mientras un 63% desea que renuncie antes de fin de año para que haya una elección presidencial directa, según reveló una encuesta reciente del instituto Datafolha.