El Papa reconoce un "lobby gay" y corrupción en el Vaticano
El Sumo Pontífice hizo las declaraciones en español la semana pasada durante una reunión privada con representantes de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), según la página web católica chilena “Reflexión y Liberación”.
Por: Redacción Gestion.pe
Ciudad del Vaticano (Reuters).- El Papa Francisco reconoció la existencia de un “lobby gay” y de una “ corriente de corrupción “ en el Vaticano, según informaciones publicadas en medios católicos que no han sido desmentidas por el Vaticano.
El Sumo Pontífice hizo las declaraciones en español la semana pasada durante una reunión privada con representantes de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), según la página web católica chilena “Reflexión y Liberación”.
El martes publicó lo que dijo que era un resumen de la conversación que fue escrito por los participantes después de la reunión del 6 de junio en el Vaticano. Horas después, la página www.reflexionyliberacion.cl no mostraba ningún contenido y decía que estaba “en mantención”.
La CLAR, con sede en Colombia, confirmó que se había elaborado una síntesis, pero lamentó que hubiera sido publicada.
En la conversación el Papa es citado hablando sobre varios temas de preocupación, incluidos los problemas de la Curia, la administración central de la Iglesia que estuvo en el centro de un escándalo de corrupción el año pasado.
“En la Curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad (…) Se habla del ‘lobby gay’, y es verdad, está ahí (…), hay que ver qué podemos hacer”, según el resumen hecho de la conversación.
En su propio comunicado, la presidencia de la CLAR dijo que “lamenta profundamente la publicación de un texto que se refiere a la conversación tenida con el Santo Padre Francisco”. No confirmó las citas exactas atribuidas al Papa, pero reconoció que se elaboró una síntesis con el “sentido general” de las expresiones del Pontífice en la reunión.
“Esta síntesis, que no contiene las preguntas hechas al Santo Padre, estaba destinada a la memoria personal de los mismos participantes y de ninguna manera a la publicación para la cual, de hecho, no se había pedido autorización alguna”, destacó la CLAR en el comunicado.
“Es claro que sobre esta base no se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino solo su sentido general”, añadió.
Después de que el informe inicial fuera recogido y traducido por varias páginas web católicas, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi dijo: “Fue una reunión privada, por lo tanto no tengo comentarios que hacer sobre los contenidos de la conversación”.
A principios de este año, en el periodo inmediatamente posterior a que el Papa Emérito Benedicto XVI anunciara su dimisión, los medios italianos publicaron informaciones sin citar fuentes sobre un poderoso “lobby gay” en el Vaticano que deja a la Santa Sede abierta a la extorsión.
Antes de dimitir el 28 de febrero, Benedicto XVI dejó a Francisco un informe secreto sobre el escándalo de las filtraciones que sacudió a la Iglesia Católica el año pasado.
La información se refería al denominado caso Vatileaks, en el cual se filtraron a los medios documentos de supuesta corrupción, mala administración y luchas internas dentro de la Curia. El informe fue preparado para Benedicto XVI por tres veteranos cardenales que investigaron las filtraciones.
Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, fue condenado el año pasado por robar documentos papales personales y filtrarlos a los medios. Fue perdonado por Benedicto XVI después de haber sido brevemente encarcelado.
Los documentos hablaban de corrupción y rivalidad entre diferentes facciones en el interior de la Curia y fue una de las mayores preocupaciones de los cardenales en la elección de un nuevo Papa para dirigir la Iglesia en momentos de crisis.
La indignación por el estado disfuncional de la burocracia del Vaticano se consideró como un factor en la decisión de los cardenales electores para escoger a un Papa no europeo por primera vez en casi 1,300 años.