Obama encontró en la economía a su gran aliado para triunfar en las elecciones
La promesa de reflotar a EE.UU. de su recesión más profunda en 80 años fue decisiva para su reelección a la Casa Blanca. Los votantes culparon de la crisis a su antecesor George W. Bush, mientras que Obama arremetió que Romney volvería a repetir esos errores.
Por: Redacción Gestion.pe
Reuters.- Al final, el presidente Barack Obama ganó la reelección gracias al mismo tema que se presumía que lo llevaría a la derrota: la estancada economía estadounidense.
Estados Unidos aún lucha por salir de su recesión más profunda en 80 años y las compañías apenas crean suficientes empleos para mantenerse al ritmo del crecimiento de la población.
Históricamente los estadounidenses suelen reelegir a los mandatarios que presiden durante períodos de crecimiento económico, incluso si éste es modesto.
Y ese patrón parece haberse aplicado también con Obama. Aunque nadie espera un crecimiento vigoroso, la economía ha mejorado sostenidamente durante el último año.
El presidente demócrata dio grandes pasos para estimular la economía, pero eso no pareció ayudarlo mucho con los votantes. Las encuestas muestran profundas divisiones sobre los méritos de las medidas de estímulo introducidas en el 2009, sus reformas del sistema financiero y el rescate del sector automotor.
Pero sí hicieron la diferencia en estados cruciales. Obama concentró sus esfuerzos de campaña en Ohio, donde uno de cada ocho empleos están ligados a la industria.
Eso podría haberlo ayudado a limitar sus pérdidas entre los votantes blancos de sexo masculino, un segmento del electorado que su rival Mitt Romney ganó abrumadoramente en el resto del país.
Según un sondeo de Reuters/Ipsos, Obama perdió el apoyo de los hombres blancos en todo el país por una diferencia de 21 puntos porcentuales. En Ohio, sin embargo, perdió ese nicho de votantes por sólo 12 puntos.
Obama fue además ayudado por el hecho de que los votantes culparon principalmente de la recesión a su antecesor republicano George W. Bush. Obama hizo de ese mensaje el eje de su campaña, argumentando que Romney volvería a implementar las políticas que condujeron a la crisis.
Si la campaña de Romney quería centrar la elección en la gestión económica de Obama, la campaña del presidente quería en cambio presentarla como una opción entre dos candidatos.
La campaña de Obama atacó desde el inicio con anuncios negativos que presentaban al multimillonario ex ejecutivo de un fondo privado como un ejecutivo poco preocupado por la suerte de la gente común y corriente.
Esos ataques contrastaron con la campaña que condujo a la histórica victoria de Obama en el 2008, pero lograron desacreditar a su rival a los ojos de muchos votantes.
“Muchos de los votantes blancos de clase media que no tienen títulos universitarios llegaron a la conclusión de que Romney simplemente no es uno de los nuestros”, dijo Greg Valliere, un analista del Potomac Research Group.