Nueva York y otras "ciudades santuario" en guerra contra plan de deportación de Trump

Declaraciones de rebelión similares a la anunciada por el alcalde de Nueva York han llegado de los alcaldes de Boston, Providence, Chicago, Nueva Jersey, Seattle, Filadelfia, Los Ángeles, San Francisco y Washington DC, “ciudades santuario” que no persiguen a los indocumentados por haber violado la ley migratoria federal.

Por: Redacción Gestion.pe

(AFP) Nueva York y varias otras grandes “ciudades santuario” para inmigrantes como Chicago y Los Ángeles se han rebelado y prometen combatir el plan de deportación de indocumentados del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

Frente a los planes del outsider republicano de deportar indocumentados en cuanto llegue a la Casa Blanca el 20 de enero, alcaldes, gobernadores y jefes de policía de varias ciudades han alzado la voz para asegurar que protegerán a los inmigrantes.

El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, se reunió este miércoles con Trump y le advirtió que hará “todo lo posible” para defender a los indocumentados.

“Le reiteré que esta ciudad y otras ciudades a través del país harán todo lo posible para proteger a nuestros residentes y para asegurarnos que las familias no sean destrozadas”, dijo De Blasio a periodistas tras reunirse en la Trump Tower con el vencedor de los comicios.

NYC, abierta a todos
La promesa de Trump de deportar a entre dos millones y tres millones de inmigrantes indocumentados “va contra todo lo que era genial en Nueva York”, dijo De Blasio tras su cita con Trump.

Nueva York “es LA ciudad de los inmigrantes. El lugar que ha tenido éxito porque estuvo abierta a todos, el lugar construido por generación tras generación de inmigrantes”, agregó.

Hace unos días, De Blasio afirmó que si es necesario, la ciudad eliminará a fin de año la base de datos con nombres de cientos de miles de indocumentados que han recibido una tarjeta de identificación municipal y que podría servir al gobierno de Trump para identificar y deportar inmigrantes.

El estado de Nueva York inclusive implementó una “hotline” telefónica esta semana para la denuncia de crecientes crímenes racistas contra musulmanes, inmigrantes y negros tras la victoria del multimillonario populista.

“Si alguien siente que se encuentra bajo ataque, quiero que sepan que el estado de Nueva York el estado que tiene a la Estatua de la Libertad en su puerto es su refugio”, dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en una carta abierta tras el imprevisto triunfo electoral de Trump frente a la demócrata Hillary Clinton.

Resistencia nacional
Declaraciones de rebelión similares han llegado de los alcaldes de Boston, Providence, Chicago, Nueva Jersey, Seattle, Filadelfia, Los Ángeles, San Francisco y Washington DC, “ciudades santuario” que no persiguen a los indocumentados por haber violado la ley migratoria federal y que a veces les otorgan documentos como licencia de conducir o tarjeta de identificación municipal.

“Esto es alentador y no es sorprendente y seguirá creciendo. (Los alcaldes y jefes de policía) no tienen miedo. Van a la batalla y creen que pueden ganarla políticamente y legalmente”, dijo a la AFP Jonathan Blazer, experto del American Immigration Council, una ONG de defensa de los inmigrantes.

Blazer sostuvo que las fuerzas de la ley apoyan esta política porque permite a los indocumentados denunciar crímenes o ser testigos y hablar con la policía sin miedo a ser detenidos, y que por eso será difícil que Trump corte fondos para estas ciudades como ha prometido.

Trump y su equipo “verán a quién pueden amedrentar a través de la amenaza” de cortar los fondos, estimó Blazer.

Durante su campaña, Trump prometió cortar los fondos federales a las “ciudades santuario”, que según el conservador Centro de Estudios de la Inmigración (CIS) son unas 300.

Durante su campaña Trump dijo que deportaría a los 11 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos, en su mayoría mexicanos y centroamericanos. Tras ser electo, afirmó que primero deportará a entre dos millones y tres millones de “criminales”, “narcotraficantes” e “integrantes de pandillas” y luego verá qué hacer con el resto.

Defensores de los inmigrantes se alarman porque dicen que no hay evidencias de que existan dos millones o tres millones de indocumentados “criminales” en el país, por lo cual muchos inocentes o personas que han cometido delitos leves o de tránsito pueden terminar cayendo en esa bolsa.

Alcaldes como De Blasio y Rahm Emanuel, de Chicago, insisten en que no darán marcha atrás. “Chicago siempre será una ciudad santuario”, dijo Emanuel esta semana.

“No vamos a sacrificar a ninguna de nuestras personas”, aseveró el alcalde de Providence (Rhode Island), Jorge Elorza, hijo de inmigrantes guatemaltecos, citado por el diario The Boston Globe.

Muriel Bowser, alcalde del Distrito de Columbia, capital del país, dijo que DC seguirá siendo “una ciudad santuario” porque “sabemos que nuestros barrios son más seguros y fuertes cuando nadie tiene miedo de llamar a nuestro gobierno para pedir ayuda, cuando nuestra policía puede enfocarse en proteger y servir”.