En Estados Unidos allanan el camino para una reforma migratoria en 2017

El senador Charles Schumer, de Nueva York, que probablemente se convierta en el próximo líder demócrata en el Senado, prevé que se aprobará una reforma migratoria en el 2017.

Por: Redacción Gestion.pe

(Bloomberg).- Una victoria de Donald Trump en noviembre podría echar por tierra la esperanza de un pronto arreglo del fallido sistema migratorio de Estados Unidos. Por su parte, Hillary Clinton se ha comprometido a impulsar una reforma integral en los primeros 100 días de su gobierno en caso de que gane. No es demasiado pronto para empezar a hacer planes.

El senador Charles Schumer, de Nueva York, que probablemente se convierta en el próximo líder demócrata en el Senado, prevé que se aprobará una reforma migratoria en el 2017. El senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, se comprometió a revivir la reforma integral que el Senado aprobó en el 2013. Ahora que los líderes republicanos están ansiosos una vez más por resolver este tema, ¿podría el Congreso finalmente superar este impasse el año que viene?

Esta, por supuesto, es la misma lógica que predijo que habría una reforma integral tras la derrota de Mitt Romney en el 2012. Pero quienes abogan en la Cámara de Representantes por restringir la inmigración echaron la hipótesis por tierra. La única legislación que fue aprobada por la Cámara de Representantes en el 2013 fue una burla de reforma que rechazó explícitamente las medidas bipartidistas aprobadas por el Senado.

Estados Unidos no puede dejar pasar su siguiente oportunidad. El sistema migratorio de Estados Unidos, que no ha sido reparado, conlleva elevados costos no sólo para las familias atrapadas en los engranajes burocráticos, sino también para las empresas y la economía en su conjunto. Las empresas de tecnología, en particular, están en una cruzada para aumentar el número de visas H-1B para trabajadores altamente cualificados y para crear una visa especial para empresarios. Del mismo modo, los activistas han tratado de reducir los abusos del sistema actual. Ninguno de los grupos puede contentarse con el statu quo imperfecto.

La industria agrícola podría estar en una situación todavía más delicada. En 2010, el año en que Arizona adoptó su histórica ley contra los inmigrantes, la escasez de mano de obra barata entre los productores estadounidenses tuvo un costo de US$ 300 millones, de acuerdo con la American Farm Bureau. Si bien no hay límite al número de visas agrícolas H-2A, el proceso para obtener trabajadores extranjeros temporales en el marco del programa es costoso, engorroso y sujeto a manipulación por parte de agentes de reclutamiento que a veces engañan a los trabajadores que colocan. Al igual que el sistema de visas de alta tecnología, el sistema para los trabajadores agrícolas no sirve ni a los patrones ni a los empleados.

Una alternativa eficaz basada en el mercado no sólo ayudaría a la agricultura americana, sino que también podría reducir el flujo de inmigrantes ilegales, al convertir al empleo legal en la opción preferible.

Es imposible mantener una economía estadounidense innovadora sin apoyar una revisión de las anticuadas y disfuncionales leyes migratorias del país. Con cada día de inmovilidad política, los costos aumentan para la economía de Estados Unidos. El proyecto de ley del Senado del 2013 habría aumentado el producto interno bruto en un 3.3% después de 10 años, o en alrededor de US$ 700,000 millones, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Hay muchas ideas sobre cómo componer el sistema. Los fundamentos de cualquier arreglo político comprenderán nuevos mecanismos de aplicación, incluyendo el uso obligatorio de los empresarios del sistema E-Verify para revisar los datos de los aspirantes en una base de datos federal para determinar si pueden ser contratados o no; una vía para obtener la residencia legal o la ciudadanía para residentes indocumentados que ya llevan mucho tiempo viviendo en el país y una revisión de las principales clasificaciones de visas, incluyendo las de los trabajadores de alta tecnología y agrícolas, para garantizar que las industrias estadounidenses puedan operar con la máxima productividad.

Los problemas han estado allí por demasiado tiempo. Un último esfuerzo, con el suficiente alcance para superar los obstáculos políticos, debe comenzar en noviembre.