El editorial de Gestión: “Puntos de inflexión”
La encuesta de Pulso Perú nos vuelve a mostrar una caída en la aprobación del Presidente. Sin embargo, al igual que en las expectativas sobre la economía, la caída parece estar llegando a su punto de inflexión.
Por: Redacción Gestion.pe
PERSPECTIVA. Como cada vez que hemos publicado la encuesta de Pulso Perú, desde abril, este mes nos volvemos a encontrar con una caída en la aprobación del presidente. Sin embargo, algo parece haber cambiado para octubre. Viendo de cerca los resultados de los últimos dos meses juntos cuando se aprecia una notable desaceleración pareciera que la caída está llegando a su fin. El mes pasado, la popularidad de Ollanta Humala se redujo en 3% y este mes en tan solo 2% para llegar a su nivel actual de 30%, muy lejos de las reducciones mensuales de 7% que sufrió el mandatario entre abril y julio. Desde julio, es importante tener en cuenta que la caída del presidente se ha debido estrictamente a las zonas urbanas del país.
Nadine Heredia, por el contrario, parece ya haber pasado lo peor. La primera dama viene recuperando su popularidad mes a mes (aun cuando su actual 42% no se asemeja al 61% del que alguna vez gozó). Por segundo mes consecutivo, su aprobación sube y su desaprobación baja.
Los puntos de inflexión parecen ser el tema de la encuesta, pues en lo económico también se puede apreciar un viraje en las expectativas para el próximo año. Los peruanos, al parecer, están comenzando a despejar –en base a la realidad- la idea de crisis que el Ejecutivo insertó en sus mentes sin ningún tipo de fundamento. Los últimos datos del Banco Central de Reserva (BCR) corroboran esta tesis. Todos los indicadores de confianza empresarial mejoraron (o se mantuvieron igual) en setiembre respecto al mes anterior. El principal de ellos, el índice de expectativas económicas a tres meses, volvió a terreno positivo para este mes.
Todo lo anterior parece reforzar lo dicho hace poco por el presidente del BCR: la desaceleración de la economía ya tocó fondo. La confianza, pues, aparte de ser un reflejo de la coyuntura, funciona como un indicador bastante confiable de la inversión privada. La inversión, a su vez, genera confianza. Es decir, basta ver una mejora en la primera para comenzar una espiral hacia arriba, siempre que no haya mayores exabruptos externos. Aunque, hay que decirlo, no toda la data apunta en la misma dirección. El disturbio económico reciente ha empañado la visión de largo plazo de la economía. Por ello, la esperanza de que el Perú esté mejor cuando finalice este gobierno ha disminuido.