Cuestionamientos a deuda venezolana podrían ser comienzo de compras "éticas" de bonos
La revisión de la deuda emergente por motivos ambientales, sociales y de gobernanza, conocida como ESG, por sus siglas en inglés, está en su infancia comparada con prácticas bien establecidas en las inversiones en acciones.
Por: Redacción Gestion.pe
Reuters .- La represión venezolana a los opositores del presidente Nicolás Maduro ha hecho que los títulos del país sean demasiado tóxicos para algunos inversores, pero también ha planteado un interrogante más general para los mercados: ¿por qué sólo Venezuela?
La revisión de la deuda emergente por motivos ambientales, sociales y de gobernanza, conocida como ESG, por sus siglas en inglés, está en su infancia comparada con prácticas bien establecidas en las inversiones en acciones.
Esto es particularmente así para los mercados emergentes, donde gobiernos represores o industrias altamente contaminantes todavía pueden obtener financiamiento internacional fácilmente.
Menos de un tercio del total de US$ 700,200 millones en estrategias con bonos de mercados emergentes que rastrea la firma de investigaciones eVestment estaría manejada con consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza.
Pero la presión de los clientes de fondos de pensiones está llevando a los gerentes de fondos y agencias de calificación a pensar cómo pueden integrar tales factores en sus procesos.
La turbulencia en Venezuela, donde más de 120 personas han muerto en medios de disturbios desde abril, ya ha alentado a varios fondos a descartar o reducir sus tenencias venezolanas.
La semana pasada, Credit Suisse prohibió las transacciones que involucran ciertos bonos venezolanos, insistiendo en que todos sus negocios con el país atraviesen una revisión de “riesgo de reputación”.
En junio, Standard Life Investments dijo que también evitaría la exposición a Venezuela, notando que no calificaría para sus carteras de deuda emergente bajo principios de inversión socialmente responsable (SRI, por sus siglas en inglés).
“Venezuela pone de relieve la creciente importancia de incorporar SRI en clases de activos donde tales decisiones pueden tener tanto un impacto negativo sobre la población local como consecuencias de reputación para los gestores de cartera”, dijo.
En forma similar, BlueBay Asset Management redujo su exposición a los bonos de Venezuela este año, viendo riesgos de un incremento del poder de Maduro. En términos puramente financieros, la apuesta pagó bien, pues los bonos han perdido casi 10% de su valor este año.
“Lo que vemos en Venezuela es una cuestión ética, que es cada vez más una cuestión de inversión”, dijo My-Linh Ngo, jefa de riesgo de inversión ESG en BlueBay.
Ngo dijo que si bien el control ético se aplica menos a las inversiones en bonos que en acciones, uno de cada tres clientes suyos lo estaban requiriendo.
Un fondo especial que atiende preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza que BlueBay lanzó en febrero se duplicó con creces en tamaño, a US$ 92 millones.
“Existe un mayor riesgo inherente en (los bonos) emergentes y de rendimiento alto y el proceso de inversión debería reflejar eso”, sostuvo.