Corte de Estados Unidos revisa la privacidad en la era digital
Un narcotraficante y un pandillero han pedido que los jueces determinen que el registro de sus teléfonos tras su detención violó su derecho a la intimidad en la era digital.
Por: Redacción Gestion.pe
WASHINGTON (AP).- Dos casos ante la Corte Suprema sobre el registro policial de teléfonos celulares sin órdenes judiciales ofrecen panoramas muy diferentes de estos aparatos. ¿Es un utensilio determinante para los delincuentes o un domicilio virtual para los estadounidenses?
La respuesta de los jueces podría determinar el final de los casos que se argumentarán el martes. Un narcotraficante y un pandillero quieren que la corte determine que el registro de sus teléfonos tras su detención violó su derecho a la intimidad en la era digital.
La Casa Blanca y California, que defienden los registros, sostienen que los teléfonos celulares no son diferentes a cualquier otra cosa que pueda llevar una persona cuando es detenida. La policía puede revisar esas pertenencias sin una orden judicial, como lo han demostrado múltiples casos en la Corte Suprema desde hace 40 años.
Es más, dijo Donald Verrilli, el abogado jefe del gobierno ante la Corte Suprema, “los teléfonos celulares son ahora dispositivos críticos en la comisión de delitos”.
Los casos llegaron a la Corte Suprema en apelaciones diferentes en medio de la recopilación de datos telefónicos, sin orden judicial alguna, por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el uso del gobierno de la tecnología para seguir los desplazamientos de los estadounidenses.
Bibliotecas, medios de información, abogados y activistas de los derechos civiles intentan convencer a los jueces que deberían tener una perspectiva amplia de los temas de la intimidad cuando la policía tiene acceso irrestricto a dispositivos cada vez más poderosos que podrían contener gran cantidad de información personal: correos electrónicos y números telefónicos, fotos, información sobre compras y filiación política, libros e incluso un acceso a más material en internet.
“Los teléfonos celulares y otros utensilios electrónicos portátiles son, de hecho, nuestros nuevos domicilios”, dijo la Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (ACLU) en un documento judicial en el que recomendó a la corte la imposición de normas tan severas usadas históricamente por los jueces a la policía en los registros domiciliarios.
Bajo la Cuarta Enmienda de la Constitución, en general la policía necesita una orden judicial antes de realizar un allanamiento. Ese mandamiento debe estar basado en una “causa probable”, una prueba de que ha sido cometido un delito.
Sin embargo, a principios de la década de 1970, la Corte Suprema estableció salvedades en algunos casos de detenciones policiales. La corte intentó establecer normas tajantes que permitieron a la policía la búsqueda de armas ocultas y evitar la destrucción de pruebas. Portafolios, carteras, bolsos e incluso arrugados paquetes de cigarrillos pueden ser registrados sin los lleva un sospechoso o si se encuentran bajo el control inmediato de esa persona.
El registro de automóviles es un tema un tanto diferente. En 2009, en el caso de un sospechoso esposado y colocado en el asiento trasero de un vehículo policial, la corte dijo que la policía podía registrar el vehículo solamente si el detenido “se encuentra a una distancia alcanzable del compartimento de pasajeros”, o la policía cree que el vehículo tiene pruebas ligadas al delito por el que la persona ha sido detenida.
La Corte Suprema seguramente solucionará la creciente división en los tribunales estatales y federales sobre si los teléfonos celulares ameritan protección especial.
Más del 90% de los estadounidenses poseen por lo menos un celular, de acuerdo con el Centro de Investigaciones Pew, y la mayoría son teléfonos inteligentes, computadoras cada vez más poderosas.
En los dos casos argumentados el martes ante la Corte Suprema, uno de los acusados llevaba un teléfono inteligente y el otro uno convencional.