Boris Johnson, un ministro de Exteriores poco diplomático
Hasta hace pocos días, la carrera de Boris Johnson parecía terminada después de haber llevado el Brexit a la victoria y haber renunciado a suceder al primer ministro David Cameron.
Por: Redacción Gestion.pe
(AFP).- La diplomacia no es la primera palabra que viene a la mente al pensar en Boris Johnson, el excéntrico líder de los partidarios del Brexit, que se convirtió el miércoles por sorpresa en el nuevo ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido.
Hasta hace pocos días, la carrera de este hombre, conocido por su particular sentido del humor y su cabello alborotado, parecía terminada después de haber llevado el Brexit a la victoria y haber renunciado a suceder al primer ministro David Cameron.
Tras detallar las cualidades, según él indispensables, para asumir el cargo de primer ministro y dirigir con éxito las negociaciones con Bruselas, el diputado conservador de 52 años dijo: “Yo no puedo ser esa persona”.
Un giro inesperado para este político fuera de lo común, conocido como “Boxit” en internet, que luchó con uñas y dientes para convencer a los británicos que estarían mejor fuera de la Unión Europea. Y lo logró.
Insultado frente a su casa, abucheado por manifestantes frente al parlamento, ridiculizado en internet, Johnson, que fue uno los políticos preferidos de los británicos durante sus ocho años en la alcaldía de Londres, se convirtió durante unos días después del Brexit en el enemigo público número 1, en especial en Londres, mayoritariamente pro-europeo.
“Boris perdió el respeto de mucha gente”, dijo a la AFP Clare Johnson, una profesora de Londres que salió a manifestarse en Trafalgar Square contra el Brexit.
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‘Rey del mundo’.
Nacido en Nueva York en 1964, Alexander Boris de Pfeffel Johnson quería ser “rey del mundo” desde muy pequeño, contó su hermana Rachel a su biógrafo Andrew Gimson.
“BoJo”, cuyo padre trabajó en la Comisión Europea y fue eurodiputado por el Partido Conservador, estudió en el prestigioso colegio privado británico de Eton y fue presidente del club de debate en la universidad de Oxford.
Luego comenzó una carrera de periodista en The Times, que lo despidió apenas un año después por haberse inventado unas declaraciones y haber mentido sobre el hecho de haberlas inventado.
Después fue corresponsal del Daily Telegraph en Bruselas entre 1989 y 1994, favoreciendo historias que alimentaban el euroescepticismo en su país.
Se convirtió entonces en el periodista favorito de la primera ministra Margaret Thatcher, gracias a unos artículos que se mofaban sistemáticamente de las instituciones europeas y caricaturizaban sus regulaciones.
Algunas de aquellas historias se convirtieron en mantras para los euroescépticos, como la que aseguraba que la Unión Europea iba a regular el tamaño de las bananas o acortar los condones.
“No inventaba las historias pero siempre caía en la exageración”, recuerda Christian Spillmann, periodista de la AFP en Bruselas durante “los años Boris”.
Fue también en Bruselas donde terminó su matrimonio con Allegra Mostyn-Owen, a quien conoció en Oxford, y se acercó a una amiga de la infancia, Marina Wheeler, actualmente su esposa y la madre de sus cuatro hijos.
Fue elegido diputado por primera vez en el 2001 pero adquirió un estatuto nacional en 2008 al convertirse en alcalde de Londres.
En la mente de todos quedó marcada una imagen del alcalde Johnson, atascado en una tirolina durante los Juegos Olímpicos de Londres y agitando una banderita mientras esperaba que le descolgaran.
Su excéntrica personalidad, su cabello rubio alborotado y su humor sedujeron durante muchos años a los británicos. Ahora queda por descubrir sus talentos en materia diplomática.