México: ¿Hacia una nueva senda de crecimiento?

Para Carlos Serrano del BBVA Research, a medida que la economía de Estados Unidos se recupere, la economía mexicana recobrará dinamismo y el año próximo debería crecer por encima del 3%.

(Foto: Difusión)

Por: Redacción Gestion.pe

Por Carlos Serrano
Economista Jefe para México de BBVA Research

El año 2013 y el inicio del 2014 no han sido, en términos de crecimiento económico, muy halagadores para México. En 2013 la economía creció al 1.1% mientras que para 2014 la tasa de crecimiento alcanzará de acuerdo a nuestras previsiones el 2.5%.

Hay que tomar en cuenta que hablamos de un país que venía creciendo por encima del 3%. La desaceleración obedece, en buena medida, al bajo crecimiento en el sector manufacturero de EE.UU. y a incrementos de impuestos que entraron en vigor en enero de este año que, al reducir el ingreso disponible, han resultado en menores tasas de consumo y de inversión.

A medida que la economía de EE.UU. se recupere, la economía mexicana recobrará dinamismo y el año próximo deberíamos de verla nuevamente creciendo por encima del 3%.

Pero lo anterior se refiere a temas coyunturales. Lo que es realmente relevante es que la economía mexicana lleva cuatro décadas en una senda de crecimiento insuficiente: la tasa de crecimiento ha sido, en promedio, del 2.7%.

Esto ha significado que el crecimiento del PIB per cápita haya sido muy bajo. Un dato refleja este fenómeno de manera contundente: en 1980, el PIB per cápita de México representaba el 40% del de EE.UU.; hoy esa cifra equivale al 30%. En lugar de converger hacia las economías avanzadas, el país está divergiendo.

El factor que está detrás de este bajo crecimiento es el bajo o nulo aumento en la productividad del trabajo. En los últimos 40 años, el incremento anual en la productividad laboral ha sido negativa o cero.

Ahora bien, ¿qué explica el bajo crecimiento de la productividad en México durante un periodo tan largo? Es, desde luego, una pregunta complicada de responder. Sin embargo, la teoría económica nos ofrece algunas explicaciones.

La primera es la alta tasa de informalidad. Aproximadamente el 60% de la población económicamente activa trabaja en el sector informal que es mucho menos productivo que el formal. Esto se debe a que tiene menor acceso a capital y a que emplea personas con menores niveles de educación.

El 85% de quienes tienen menos de tres años de educación formal trabaja en el sector informal. Por ello, es condición necesaria para mejorar las tasas de crecimiento del país el mejorar la calidad y la cantidad de la educación que se imparte en el país.

Otros factores que están detrás de la baja productividad son el bajo nivel de competencia en algunos sectores de la economía y las deficiencias en el sistema de impartición de justicia.

El año pasado el Congreso mexicano aprobó, a propuesta del presidente Peña Nieto, una serie de reformas estructurales que atacan algunos de estos problemas y que tiene como denominador común el objetivo de aumentar la productividad laboral.

Por tanto, el paquete de reformas debe de contribuir a potenciar el crecimiento del país. En unos cuantos meses se aprobó la normatividad de primer nivel de las reformas fiscal, laboral, educativa, política, de competencia, de telecomunicaciones y energética.

En BBVA Research estimamos que, en su conjunto, y si se implementan de manera adecuada, estas reformas pueden aumentar la tasa potencial de crecimiento en 1.5 puntos porcentuales.

En particular, la reforma energética es la que más puede contribuir, ya que abre, después de setenta años, el sector energético a la inversión privada. Como consecuencia, se podrán explotar las vastas reservas de petróleo que se encuentran en aguas profundas del Golfo de México y de gas de lutitas (shale gas) en el norte del país.

Esto puede más que duplicar la inversión extranjera directa que hoy recibe México y al mismo tiempo reducir los costos a las empresas en materia de gas y electricidad.

Además de las reformas, el Gobierno debe adoptar medidas para atacar frontalmente la informalidad en las empresas, mediante programas de fiscalización eficientes basados en inspecciones a empresas, para lo cual no se requiere cambio legal alguno y aumentos de los impuestos al consumo y disminuciones en el impuesto sobre la renta.

Si, además, se mejora el sistema de justicia, México puede entrar en una senda de crecimiento significativamente mayor lo que le permitirá reducir los altos niveles de pobreza que todavía existen.