MEMORÁNDUM: Un mar de oportunidades...
Las flotas de otros países cuentan con equipos modernos de navegación, pesca y preservación, que les permiten pescar de manera eficiente.
Por: Redacción Gestion.pe
1. El Perú es una gran potencia pesquera. Nuestro volumen de desembarques es el segundo del mundo; solo China pesca más que nosotros.
Pero mientras que más del 99% de las capturas de nuestra flota se hacen en el mar peruano, las capturas de otras flotas (como las asiáticas y las europeas) se efectúan principalmente fuera de sus propios mares.
Esta diferencia y el hecho que aún así seamos una potencia pesquera ponen de manifiesto la enorme riqueza de nuestro mar.
2. Otro aspecto que vale la pena resaltar es el grado de modernidad de las diferentes flotas pesqueras. Las flotas de otros países cuentan con equipos modernos de navegación, pesca y preservación, que les permiten pescar de manera eficiente. En contraposición, gran parte de nuestra flota es artesanal o de menor escala, con equipos y tecnologías poco sofisticadas. Peor aún, parte importante de la flota industrial tampoco cuenta con equipamiento sofisticado, lo que lleva a que la pesca no llegue en óptimas condiciones a las plantas de proceso en tierra.
3. Cabe preguntarse, ¿por qué, si gozamos de un mar tan rico y tenemos tanta experiencia pescando, nuestra flota no pesca en otros mares? ¿Por qué no hemos sido capaces de desarrollar un conjunto de pesquerías eficientes y aprovechar plenamente nuestro mar? ¿Será este aletargamiento una variante de la conocida “maldición de los recursos naturales”? ¿Acaso nuestros empresarios pesqueros, armadores y pescadores, malacostumbrados por la riqueza del mar peruano, devinieron en plácidos rentistas? ¿O es que el continuo conflicto por quedarse con un pedazo más grande de la renta pesquera imposibilitó la necesaria cooperación para generar más oportunidades para todos?
4. La verdad que no creo que la riqueza pesquera de la corriente de Humboldt haya socavado el espíritu emprendedor de nuestros hombres de mar (aunque en algunos casos sin duda lo hizo). Sin embargo, cualquier evaluación que se haga del sector llegará a la paradójica conclusión que nuestro mar, con todas sus oportunidades, ha generado un sector pesca plagado de dificultades; donde no se maximiza la generación de valor, la innovación es muy escasa, y la informalidad socava la sostenibilidad de la actividad.
5. Existen muchas razones que explican este estado de situación. Entre las principales se encuentran: un marco regulatorio inadecuado, que incluso genera incentivos perversos; una institucionalidad frágil; la falta de transparencia tanto de regulados como de reguladores; y la insuficiencia de recursos asignados al manejo de nuestras pesquerías. De hecho, en los primeros años de este gobierno, el Viceministerio de Pesquería registró una impresionante rotación de funcionarios; el conflicto entre regulados y reguladores llegó a niveles sin precedentes; se aprobaron normas sin sustento científico y con poca transparencia.
Sin duda, fueron malos años para el sector.
6. Sin embargo, últimamente se está cambiando para mejor: el diálogo respetuoso se ha restablecido; el progresivo fortalecimiento del Imarpe ahora estará acompañado por un mayor grado de transparencia (sus protocolos y el sustento de sus recomendaciones se publicarán); se creó el Sanipes y se ha enviado al Congreso un proyecto de ley creando la Superintendencia Nacional de Pesca; se están revisando normas que generan incentivos perversos, como las que promueven los descartes; se han dado los primeros pasos para racionalizar nuestra segunda pesquería (la pota); y se ha implementado la mesa acuícola para promover el despegue de esta actividad; entre otras iniciativas. ¡Enhorabuena! El camino por delante es muy largo, pero se hace camino al andar…