Editorial: Semestre decisivo
“Una tendencia preocupante es la desaceleración de la demanda interna, reflejada en la caída del crédito”.
Por: Redacción Gestion.pe
CRECIMIENTO. Los resultados del PBI al primer semestre, publicados ayer por el INEI, muestran una expansión de 4.08% respecto del mismo periodo del año pasado, tasa que está por debajo del crecimiento potencial (4.5%). La economía peruana está mostrando algunas tendencias que merecen la atención del Ministerio de Economía y Finanzas, pues si bien esas cifras reflejan la gestión del Gobierno anterior, habrá que actuar para mejorarlas.
En primer lugar, hay que subrayar que la tasa de crecimiento del PBI en el segundo trimestre fue inferior a las de los dos trimestres previos, lo cual indica que la economía no logra despegar y alejarse del enfriamiento. La segunda tendencia es el considerable aporte de los sectores primarios, particularmente de la minería, que continúa creciendo a tasas altas, mientras que los sectores no primarios, sobre todo manufactura y construcción, no dejan de registrar contracciones mensuales.
Otra tendencia preocupante es la desaceleración de la demanda interna, que se refleja con claridad en la caída del crédito, que desde enero muestra tasas de crecimiento cada vez más bajas. Aunque el informe del INEI habla de “dinamismo”, lo que se observa es que el sector financiero y de seguros está expandiéndose a tasas menores que en meses anteriores.
En vista de que en julio no hubo veda de anchoveta, se esperaría un salto en el PBI pesquero y quizá en manufactura, pero no se puede depender únicamente de la naturaleza, de modo que el Gobierno tendrá que comenzar a tomar medidas para reactivar la producción no primaria, porque de lo contrario la recuperación económica se pondrá más cuesta arriba.
Lo que queda de este semestre será clave, principalmente porque las expectativas de la opinión pública han mejorado considerablemente. Según Pulso Perú, ahora son más los peruanos que opinan que la economía se está recuperando –pese a que el segundo trimestre creció menos que el primero– y que más de la mitad espera que su situación económica esté mejor dentro de un año. Si el Gobierno opta por la inacción –o demora demasiado en impulsar la recuperación– el optimismo volverá a transformarse en pesimismo.