Editorial: Se pierde optimismo

“Esta tarea implica un trabajo coherente y un mayor liderazgo del presidente del Consejo de Ministros”.

Por: Redacción Gestion.pe

PULSO PERÚ. Transcurridos cuatro meses de gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski, la ilusión con que fue recibido va diluyéndose. Por lo menos así lo refleja la última encuesta de Pulso Perú, donde un 35% de personas consultadas tiene “mucha esperanza” en que el Perú estará mejor cuando termine el periodo de PPK, cifra muy distante del 56% que obtenía hace tres meses. Solo en Lima y el Callao y en el estrato A/B todavía se mantiene alto el optimismo.

En esa línea, ahora la sensación mayoritaria es que la economía no se está recuperando. A nivel personal la percepción no es mejor, vuelve a disminuir el porcentaje de los peruanos que consideran que sus ingresos sí les alcanza para satisfacer sus necesidades; entre los mayores de 55 años, el sector socieconómico D y la región oriental estos porcentajes apenas superan el 11%.

Los resultados en la economía del gobierno de Ollanta Humala dejaron tal desazón, que la administración de PPK arrancó con mucha expectativa por parte de la población y, como siempre advertimos, con el deseo de tener efectos inmediatos. Sin embargo, la realidad es que no hay recetas mágicas que permitan ver logros automáticos, y si a eso le sumamos la lentitud con la que se tomaron algunas acciones y los errores cometidos por el Ejecutivo se entiende perfectamente la sensación que hoy tiene la población.

Pese a todo, para el corto plazo el optimismo aún prevalece. Así, la mayoría considera que el próximo año será mejor que el 2016; es más, este porcentaje supera el 50% entre los ciudadanos de Lima y Callao y en los sectores socioeconómicos A/B y C. En definitiva, ha disminuido el optimismo, pero aún no es del todo pesimista.

El Gobierno deberá trabajar arduamente para que el próximo año se puedan empezar a percibir los resultados de sus medidas, de lo contrario, tal como ha venido ocurriendo en las últimas semanas surgirán protestas que se volverán conflictos sociales.

Esta tarea implica un trabajo coherente, un mayor liderazgo del presidente del Consejo de Ministros entre sus colegas del Gabinete y en lo que siempre hemos hecho hincapié una adecuada comunicación que, por ahora, está totalmente ausente