Editorial: Es momento de jugársela

Poco a poco los empresarios han declinado participar activamente en la vida pública peruana.

Por: Redacción Gestion.pe

GREMIOS EMPRESARIALES. La inversión privada es vital para la existencia del modelo económico que mantiene el país, la salud de las empresas ayuda a la salud de la economía, y mientras mejor le vaya a ellas, mejor le irá a todo el país, por lo menos esa es la teoría.

Bajo esta premisa las compañías se organizan en gremios, dependiendo de su tipo de actividad y mediante estas entidades se pronuncian sobre distintos aspectos de interés en el país.

Son estas agrupaciones las que pueden plantear las mejoras que se requieren para cada actividad económica en particular y también quienes reclaman por aquellas medidas que sienten pueden perjudicar a su sector específico. Asimismo, el Gobierno debería poder conversar con ellas para validar algunas medidas si así lo cree conveniente.

Sin embargo, en los últimos años, los gremios empresariales peruanos han ido perdiendo representatividad, primero porque su número de integrantes es pequeño comparado con el número de empresas en cada sector. En segundo lugar, porque en la mayoría de casos los dirigentes gremiales son gerentes de las empresas, pero no sus propietarios.

Poco a poco estos últimos han declinado participar activamente en la vida pública peruana, salvo honrosas excepciones como Roque Benavides, son muy pocos los que se atreven a opinar, para bien o para mal de las decisiones de los gobiernos, menos aún son los que apoyan de manera declarada a un candidato político, un hecho muy diferente a lo que sucede en otros países. Por ejemplo, en Chile, personas como Liliana Solari de Bethia (Falabella), Sven von Appen (grupo Ultrasur), Horst Paulmann (Cencosud) o Bernardo Larraín (Colbún) declaran sobre las decisiones de su Gobierno y el rol que deben asumir sus pares.

Está actitud de los empresarios genera que la población, en más de una ocasión, perciba que los gremios están más preocupados por solicitar beneficios particulares, que por hacer propuestas serias en beneficio del país, aunque eso les implique un mayor aporte. En las próximas elecciones, veremos si los empresarios están a la altura de las circunstancias y deciden jugársela planteando propuestas innovadoras, esas que tanto reclaman a los gobiernos.