Editorial: En junio no hay milagros
El Santuario del Señor de Luren, en Ica, fue destruido por el terremoto del 2007. La Caja Rural Señor de Luren ha corrido similar suerte. Es destacable que la SBS haya aplicado una acción “relámpago”, pues así evitó una posible corrida de depósitos que habría afectado a otras cajas rurales y municipales, pero también es oportuno preguntarse si debió intervenir con anterioridad.
Por: Redacción Gestion.pe
SUPERVISIÓN. El Santuario del Señor de Luren, en Ica, fue destruido por el terremoto del 2007. La Caja Rural Señor de Luren ha corrido similar suerte, aunque en su caso no fue un sismo –cuya magnitud y los subsecuentes daños que ocasiona no se pueden predecir–, sino una sucesión de hechos anómalos que terminaron con su intervención, disolución y liquidación.
El descalabro de esa entidad microfinanciera se veía venir, pues ya en diciembre del año pasado contemplaba la alternativa de una fusión debido a sus resultados negativos, en los que influyeron actos irregulares de sus propios directivos y empleados. En los meses que siguieron, sin embargo, continuó operando, ofreciendo tasas de interés por depósitos que estaban entre las más altas del mercado –era la segunda de su rubro con el mayor número de depositantes, unos 37,000–.
La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) ha informado que por primera vez aplicó un esquema de “intervención temprana”, luego de verificar que la entidad arrojó pérdidas por más del 50% de su capital social. Esto ocurrió el jueves y, el viernes, la totalidad de sus depósitos y créditos fue adjudicada a la Caja Municipal Arequipa, mediante subasta. También ha asegurado que quienes deseen cancelar sus cuentas de ahorros podrán hacerlo, aunque estas superen el monto cubierto por el Fondo de Seguro de Depósitos (FSD).
Es destacable que la SBS haya aplicado una acción “relámpago”, pues así evitó una posible corrida de depósitos que habría afectado a otras cajas rurales y municipales, pero también es oportuno preguntarse si debió intervenir con anterioridad. Es que dicha caja rural ya enfrentaba problemas y el desenlace de su cuestionable desempeño generará dudas entre los clientes de las microfinancieras, y en momentos en que la economía lucha por superar el enfriamiento, no es recomendable que la imagen del sistema financiero se vea afectada por estos sucesos.
En otras palabras, la SBS debe actuar de manera más firme para impulsar el ingreso de socios en las entidades que tienen problemas de gestión. De lo contrario, lo sucedido en Ica se podría repetir.