Editorial: Hora de tomar decisiones
“Casi no hubo comentarios sobre cómo se hará para impulsar la inversión privada”.
Por: Redacción Gestion.pe
ELECCIONES 2016. El domingo se llevó a cabo el debate entre los candidatos presidenciales, el único antes de las elecciones del domingo 10 de abril. Pero debido al mal formato elegido, al poco tiempo destinado para la exposición y a la amplitud de los temas, no se cumplió el objetivo de comparar propuestas.
Sin embargo, lo que sí dejó en evidencia es que muy tarde se mostraron los planteamientos y muchos de ellos carecen de ideas claras. Así, muy pocos candidatos pudieron explicar cómo financiarán sus propuestas. Si bien abundaron las referencias al aumento de la intervención estatal, ya sea a través de inversión pública, control o labor empresarial, casi no hubo comentarios sobre cómo se hará para impulsar la inversión privada, una arista muy importante en el camino de la recuperación económica. Así como cambiar o mantener una Constitución no resuelve por sí sola los problemas de un país, la inversión pública por sí sola tampoco puede hacerlo.
A pesar de estas carencias el actual proceso electoral traerá más de una sorpresa, pues para algunos líderes políticos significará el fin de un ciclo. Después de años de labor varios deberán retirarse a sus cuarteles de invierno. No sucede lo mismo a nivel ideológico, pese a que hace menos de un año se creía que las elecciones no volverían a ser sobre discusiones de izquierda y derecha, estas aún se mantienen. Vale recordar lo que al respecto le dijo Moisés Naím a Gestión hace unos meses: “Lo que sorprende de América Latina es su amor por las ideas muertas. Por políticas públicas y económicas que han sido probadas una y otra vez con el mismo resultado fracasado y, sin embargo, siguen siendo promovidas por algunos gobiernos”.
En estos próximos cinco días se harán más evidentes las posiciones, las ideologías, la falta de propuestas claras y el antagonismo. Los planes de gobierno seguirán en la web del Jurado Nacional de Elecciones, llenándose virtualmente de polvo, como los libros sin revisar en los anaqueles de una biblioteca. Llegó la hora y nuevamente se votará sin mucho debate.