Editorial: La herencia para el próximo Gobierno
No basta con los tristemente célebres `llamados al diálogo´porque han demostrado que siempre suenan a `ocupado´.
Por: Redacción Gestion.pe
Agenda. Falta menos de un año para recibir al próximo Gobierno, que heredará un país con dificultades económicas, serios problemas institucionales y, además, con una gran agenda de temas clave por resolver durante el quinquenio que estará al mando.
Es claro que, con todos los retos pendientes en nuestro país, la primera gran tarea del nuevo gobernante será priorizar qué puntos deben ser atacados con más énfasis; y no tratar de abarcar mucho, pues al final poco se logra. Asimismo, es fundamental que se emprendan las grandes reformas; pero que no se hagan ‘de a poquitos’ y, para ello, es muy útil tener clara la agenda.
En primer lugar, el próximo Gobierno debería continuar con la reforma del sector más importante de cara al largo plazo: la educación, que felizmente goza de consenso a nivel político y social. Además, en un entorno mundial cada vez más complejo, no podemos seguir dependiendo de las materias primas, por lo que es clave seguir con el Plan de Diversificación Productiva.
Por otra parte, la regulación en el país también exige cambios. Es momento de repensar cuánta regulación se necesita; reformar la legislación laboral y tributaria para hacer frente al flagelo de la informalidad, por ejemplo. Un tema adicional es el del cambio climático y la regulación ambiental. Lo más importante es tener posiciones claras sobre el tema para evitar los vaivenes generados, como el célebre “agua sí, oro no”. Los mecanismos para preservar el medio ambiente, como son los estudios de impacto ambiental o consulta previa, también deben ser institucionalizados.
Finalmente, está la urgencia de atacar frontalmente el gran problema del día a día en las calles de nuestras ciudades: la inseguridad imperante que ha puesto al Perú en camino a ser tierra de nadie. Sobre este punto no hay propuestas claras, pero es fundamental tener planes de acción muy concretos.Con todos estos temas, la campaña es propicia para que se armen equipos de trabajo específicos y los candidatos propongan cómo enfrentar los problemas de una manera eficaz. No basta con los tristemente célebres “llamados al diálogo” porque han demostrado que siempre suenan a ‘ocupado’.