Editorial: Habemus contralor
Editorial de Gestión. “La tarea que tiene por delante Shack no será fácil. El primer paso es poner en marcha todo el proceso de control concurrente”.
Por: Redacción Gestion.pe
ELECCIÓN. Apenas 16 días después de que Édgar Alarcón fue removido del cargo, la Comisión Permanente del Congreso eligió, por mayoría, al economista Nelson Shack Yalta como el nuevo contralor.
La tarea que tiene por delante Shack no será fácil. El primer paso es poner en marcha todo el proceso de control concurrente para acompañar el plan de la Reconstrucción con Cambios, a fin de que se elimine cualquier suspicacia desde el inicio. El nuevo contralor ya ha adelantado que para hacerlo requiere fortalecer el equipo que posee la entidad.
Asimismo, deberá dejar en claro cómo se van a terminar las investigaciones iniciadas en el caso de los megaproyectos como el gasoducto del sur, el aeropuerto de Chinchero y otros. Estas investigaciones no se pueden abandonar, y si hay evidencias de daño al Estado deben realizarse las denuncias correspondientes.
Shack también debe delinear con cuidado su plan para reconvertir la Contraloría a los retos actuales de simplificación, celeridad y combate a la corrupción. Para ello, la Contraloría debe evaluar si su sistema de trabajo es tan engorroso que termina paralizando el desenvolvimiento de las entidades públicas; asimismo, las investigaciones no pueden demorar años y siempre debe informarse en qué concluyen los procesos. Finalmente, hay que encontrar la manera para que los graves casos de corrupción, como sucedió con las obras de Odebrecht y otras empresas brasileñas no se pasen por alto. Para ello, la Contraloría tiene que mejorar su relación con la Fiscalía y la Procuraduría a fin de que sus denuncias no caigan en saco roto.
Nelson Shack es un profesional destacado. Aunque joven, tiene una larga carrera en el sector público, ha pasado por diversas entidades y, por lo tanto, conoce al monstruo por dentro. Esa es una de sus principales virtudes, y como complemento es necesario que mantenga su independencia e informe periódicamente de sus acciones. No se trata de que se convierta en un actor mediático como su antecesor, pero tampoco puede permanecer en silencio. Por ejemplo, podría empezar por señalar en las próximas semanas si está a favor de los proyectos de ley que su antecesor envió al Congreso en meses pasados.
Adicionalmente, la sesión en la que fue elegido dejó en claro que las expectativas de los congresistas respecto a la labor que debe realizar el nuevo contralor superan ampliamente las funciones que legalmente le corresponden, por lo que no será extraño que exista un desfase entre dichas expectativas y la realidad.