Editorial de Gestión: Voto en contra
La población rural no se ha beneficiado con el crecimiento económico, pero la mayor responsabilidad recae en los propios gobiernos regionales, pues mantenerla en la pobreza y desarraigada les ayuda a ganar votos.
Por: Redacción Gestion.pe
EL ANTISISTEMA. ¿Por qué triunfó Gregorio Santos en Cajamarca? ¿Por qué tantos candidatos cuestionados arrasaron –incluido Luis Castañeda en el municipio de Lima– o pasaron a una segunda vuelta? El primer caso es un reflejo del descontento de los cajamarquinos con el manejo económico en general y con la minería en particular.
Y la débil institucionalidad ha provocado que estas elecciones para elegir presidentes regionales y alcaldes hayan sido una especie de plebiscito.
¿Está de acuerdo con el modelo económico, con las políticas sociales, de seguridad ciudadana, de salud, etcétera? Si la respuesta era no, entonces había que votar por el candidato antisistema.
Lo curioso –y alarmante– es que Santos ejemplifica el doble discurso que suelen exhibir quienes se oponen a la economía de libre mercado: por un lado, denuncian la ausencia del Estado y reclaman más dinero y, por el otro, son los encargados de administrar los fondos que exigen y que gracias al crecimiento del PBI se cuentan por cientos de millones de soles.
Y en vista de que no saben administrar los recursos públicos o deciden hacerlo de manera ilícita –porque de corrupción ya sabemos cómo vamos–, terminan culpando de sus ineficiencias al Gobierno, que para los peruanos sigue siendo el que despacha desde Lima.
Hay que reconocer que la población rural no se ha beneficiado con el crecimiento económico, pero la mayor responsabilidad recae en los propios gobiernos regionales, pues mantenerla en la pobreza y desarraigada les ayuda a ganar votos.
Claro que el Gobierno Nacional no ha hecho casi nada para solucionar ese grave problema, pues mucho dinero y poca fiscalización son la receta perfecta para que la plata se esfume. Recién este año ha habido alguna reacción con la violencia política que ahogaba a Áncash y con las evidencias de malos manejos en Loreto, Pasco y Tumbes, entre otros departamentos.
En suma, el Perú será gobernado por autoridades que carecen de filiación política y cuya posición es más panfletaria que ideológica –ojo con otros antimineros como Walter Aduviri (Puno) y Zenón Cuevas (Moquegua), que irán a una segunda vuelta–.
Y eso que faltó espacio para referirnos a quienes representan los intereses del narcotráfico…