Editorial de Gestión: ¿Recuperación?

La pregunta es si el flaco crecimiento de setiembre será suficiente para romper con el círculo vicioso de desaceleración y dar inicio a una verdadera recuperación.

Por: Redacción Gestion.pe

PBI DE SETIEMBRE. El crecimiento de julio fue un magro 1.16%. El de agosto –con los resultados adelantados de la actividad económica hasta ahora- no pintan mucho mejor.

Con un retroceso de la minería de 3.51%, una pequeña caída en el consumo de cemento de 0.65%, una menor producción pesquera de 22.01% y menor inversión pública en 6.56%, la expansión mensual del PBI en agosto será probablemente aún menor que la de julio.

Para setiembre, no obstante, se vislumbran algunas señales de “recuperación” (una de las razones citadas por el BCR para no seguir rebajando la tasa de interés).

De acuerdo al Banco de Crédito del Perú (BCP), el crecimiento en el noveno mes del año se situaría por encima del 2%, empujado por una mayor producción eléctrica y una notable expansión de la inversión pública. Con este dato, el crecimiento del tercer trimestre se ubicaría alrededor del 1.7%, similar al segundo trimestre.

Pero la pregunta es si el flaco crecimiento de setiembre (2% no es un mérito que digamos) será suficiente para romper con el círculo vicioso de desaceleración y dar inicio a una verdadera recuperación.

De acuerdo a Alejandro Santos, jefe de la Misión del Fondo Monetario Internacional en el Perú, “hay que tener paciencia (porque) el repunte de la economía viene pronto”.

Efectivamente, el crecimiento proyectado del FMI para el próximo año es de 5.1% sustentado en los proyectos mineros nuevos o los que aumentarán su producción y las concesiones adjudicadas este año.

El problema de fondo, sin embargo, está en cómo dejar de lado el pesimismo (o conservadurismo) que está reteniendo la inversión privada para construir nuevamente sobre un ciclo de optimismo o, como hemos dicho antes, en “liderar la transición para que el 2015 no arrastre el pesimismo del 2014”.

Para ello se requiere un liderazgo notorio que provenga desde el Gobierno con una estimulación constante de la confianza empresarial y un verdadero compromiso con la inversión privada; algo donde el Gobierno ha incidido, pero donde le falta afincarse.