Editorial de Gestión: El club de los más respetados
Para el Perú, adherirse a los estándares globales recomendados por la OCDE emite una señal de confianza para los inversionistas internacionales y las agencias de riesgo alrededor del mundo.
Por: Redacción Gestion.pe
BUENAS PRÁCTICAS. En su paso por Francia, Ollanta Humala fue uno de los oradores en la clausura del VI Foro Económico Internacional para América Latina y el Caribe organizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En el mismo evento también se oficializó la participación del Perú en el “Programa País”, diseñado para identificar factores sociales que permitan mejorar las políticas públicas del país.
Esta colaboración entre Perú y la OCDE, si bien importante y sumamente provechosa para el país, debe servir solo como un preámbulo para el objetivo mayor: ingresar como miembro permanente a este organismo.
La OCDE, pues, ofrece varias ventajas a sus miembros que podrían ser particularmente útiles para nosotros, un país en vías de desarrollo cuyo futuro depende, en buena medida, de la calidad y precisión de las políticas públicas que se comiencen hoy. Chile se dio cuenta de esto hace 7 años y Colombia ya está en proceso de admisión.
En primer lugar, la OCDE es un espacio común para cooperar con las mayores potencias económicas del mundo y un lugar para compartir en nuestro caso absorber experiencias de naciones que exitosamente han transitado por las vías del desarrollo.
En segundo lugar, el monitoreo, la cantidad de data y la experiencia del organismo internacional sirven de gran ayuda a sus países miembros para diseñar políticas públicas en temas tan diversos como gobierno, medioambiente, educación, competitividad, desarrollo económico y modernización institucional; todos temas en los que nos vendría bien una mano.
Finalmente, adherirse a los estándares globales recomendados por la OCDE emite una señal de confianza para los inversionistas internacionales y las agencias de riesgo alrededor del mundo. El solo hecho de formar parte de este ‘club’ ya incrementa la reputación de un país.
Todos estos beneficios, además, son todavía mayores para un país que parece no contar con ningún tipo de estrategia a largo plazo ni con una coherencia en el diseño de sus políticas públicas, coherencia que a veces no se encuentra ni siquiera durante un mismo mandato.